TOCA EL ESTADO FEDERAL EN ESPAÑA
Jaime Richart
Una muy vieja aspiración de la progresía española que nunca acaba de
fraguar... Y puesto que, visto lo visto, el
Estado de las Autonomías ha fracasado, en España, un
país de pruebas forzosas de convivencia a lo largo del
tiempo, ha llegado la hora del Estado Federal.
En efecto, si la voluntad
política y la de los votantes se concentrasen
en cambiar la monarquía por la República y el Estado de las Autonomías
por el Estado Federal, España acabaría con la mayor parte de sus problemas
teóricos que desestabilizan lo suficiente al país como para ser causa y efecto
al mismo tiempo de los problemas prácticos.
Sólo así estaría a la altura de los tiempos. A fin de cuentas España es
un territorio que, a escala, es de morfología similar a la de los Estados Unidos
de América, que es el paradigma de la democracia burguesa.
En todo caso la característica principal del Estado Federal
es que el gobierno central se limita a gestionar la política exterior de los
Estados que lo integran, y estos
disponen de la máxima libertad para regular lo demás conforme a su
orografía, a su naturaleza y a la idiosincrasia de su población. El Senado se
configura como una efectiva Cámara territorial y no como un órgano que ahora
es en España prácticamente inoperante. Todo ello se completa con un pacto
fiscal y una transformación a fondo de la Administración de Justicia...
Las diferencias entre el Estado de las Autonomías actual y el Estado
Federal, pese a lo que dicen sus opositores, son notables. La prueba
concluyente sobre esas diferencias está en los graves problemas originados,
cada uno en su momento, por los Estatutos vasco y catalán enjuiciados por los
magistrados conservadores españoles.
Y es que no es posible una verdadera y prolongada paz formal y de fondo
en una nación compuesta de territorios
con muy diferentes sensibilidades y culturas que se mantienen adosados
a la fuerza; por la fuerza de una constitución amparada subrepticiamente en la
carcoma de un éxito en la guerra civil administrado por los herederos de los
vencedores. Y luego, por fuerzas económicas astutamente manejadas por los
mismos que se obstinan en mantener unidos, artificialmente, a 47 millones de
personas en más de quinientos mil kilómetros antropológicamente heterogéneos, bajo una bandera
que a pocos más que a ellos representa...
El Estado Federal es una cuenta pendiente en España que ha de superar,
primero su historia anterior entre 1939 y 1978, luego las particularidades e
historia de sus respectivos y bien definidos territorios, y luego la mezcla
de sensibilidades contrapuestas que, como los dos polos de un imán, hacen de
ella una nación difícilmente gobernable.
En resumen, sólo en el Estado Federal, con una amplísima autonomía e
interdependencia de sus respectivos territorios está la solución. Sólo así podría
darse por terminada en España la maduración política que de otro modo a
muchos nos parece imposible...
DdA, XIV/3887
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