sábado, 7 de abril de 2018

LAS VENTAJAS DE UNA DERECHA DOBLE FRENTE A UN IZQUIERDA PARTIDA


Félix Población

Dos eventos de muy distinta relevancia tienen lugar este fin de semana en nuestro país. Por un lado, la convención nacional del Partido Popular en Sevilla, marcada por el vergonzoso escándalo del máster fraudulento de la presidenta de la comunidad de Madrid, y por otro la convocatoria En Marcha, a celebrar este sábado por Podemos en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid, con vistas a preparar la estrategia de este partido para las elecciones municipales, autonómicas y europeas del año que viene. 

Las circunstancias han querido, por lo tanto, que en unas mismas fechas tengamos en el sur al partido europeo con más casos de corrupción tratando de que la encina de Rajoy -nuevo símbolo del PP para esta convención- oculte el bosque de Cifuentes, y al partido más joven del país elaborando su hoja de ruta para acometer una exitosa campaña electoral en 2019. 

Además de eso,  a nadie se le escapa que cada una de esas dos citas representa una vez más en la historia de este país una España: la España vieja, basada en una derecha con arraigo ideológico en el pasado franquista y en la tradición más regresiva y reaccionaria, a la que se rinde un sector importante del electorado pese a los múltiples casos de corrupción que la enlodan, y la España joven, progresista, de pensamiento avanzado, cuya gestión en algunos importantes ayuntamientos está siendo satisfactoria, y que, no obstante, carece hoy por hoy del suficiente respaldo para ser alternativa de gobierno. 

Para que esto último fuera posible sería imprescindible -ignoro si suficiente- un entendimiento con el PSOE, siempre que este partido estuviera por la labor de enfrentarse de verdad a la derecha y vencerla en las urnas, ya sea la que representa el PP o su marca blanca, Ciudadanos, porque lo que tenemos ahora mismo en España es a una derecha doble ante la posibilidad de que la vieja derecha sucumba a su historial de corruptelas. 

Esta estrategia de la derecha sustitutoria, ideada por un banquero ante la fulgurante y exitosa aparición de Podemos, tiene ahora mismo todas las trazas de ser la vencedora en los próximos comicios del año que viene, por más que nos idignen casos como el de Cifuentes. Solo cabe enfrentarse a una doble derecha con una doble izquierda (dando por descontada la inclusión de Izquierda Unida), y en este caso, uno de los monomios del binomio (el PSOE) ha dejado de serlo por más que lo proclame.

Ayer en Sevilla asistimos al abrazo de Cristina Cifuentes, cuyas falacias y trapacerías son materia de actualidad, con M. Rajoy, corrupto indiciario. La escena fue muy aplaudida por sus fieles, pero debería ser repudiada por los demócratas, que deberían contar con una alternativa real de cambio. Se trata de seguir como estamos, anclados en una politica cada vez más regresiva, o de avanzar en pro de la mayoría social. 


DdA, XIV/3813 

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