viernes, 20 de abril de 2018

BESCANSA, ERREJÓN: ASÍ NO SE PUEDE


Félix Población

Con la resolución y urgencia que el asunto requería, pues no en vano lo calificó de grave la dirección del partido, Pablo Iglesias cerró como no podía ser de otro modo la crisis surgida en Podemos/Madrid a raíz del supuesto desliz electrónico que hizo posible la difusión de un documento redactado por el equipo de Carolina Bescansa, en el que se pretendía que esta pudiera acceder a la secretaría general a cambio de una ayuda mutua entre esta señora e Íñigo Errejón a partir la candidatura de este a la presidencia de la Comunidad de Madrid.

Iglesias no podía hacer otra cosa que la que hizo. El secretario de Análisis Estratégico y Cambio Político liderará la candidatura a la Presidencia de la Comunidad con una lista que contará con una mayoría de su equipo –auto-eliminada Bescansa como segunda-, aunque tendrá menor representación de la que pretendía.  Ramón Espinar ocupará el número tres de la lista, con un reparto en los 25 primeros puestos que reduce a 14 los pertenecientes al equipo de Errejón.

Si se tiene en cuenta que la cuestión se ha resuelto así y que el documento de Bescansa ha sido una segunda y aviesa chiquillada con don Íñigo de por medio, en la que probablemente pese más la parvulez que los vicios de la vieja política -en contra de lo acordado por las bases en Vistalegre-, tengo para mí que nuevamente –como entonces- el liderazgo de Pablo Iglesias ha salido reforzado.

Lo que se desprende de lo ocurrido, desde el rasero de la calle que simpatiza con el partido morado, es que al señor Errejón –cuyas cualidades intelectuales nadie niega- le pueden pasar dos cosas: que su ambición es mucha, y por eso ha vuelto a insistir en una estrategia que como la de hace apenas un año es de todo punto reprochable, o peca de inmadurez política al no considerar –como sucedió antes de Vistalegre- que una añagaza como la esbozada en el documento de Bescansa corría el riesgo de volverse en su contra, tal como creo ha ocurrido al ser descubierta.

Está de más decir que si se hace una lectura de los artículos y editoriales de los medios de comunicación a propósito de este caso, la decantación a favor de Errejón es casi general, sin considerar que este señor nuevamente ha pretendido hacer vieja y trapacera política en un partido donde son las bases las que deciden. Lo que ha hecho su secretario general ha sido defender la voz de las bases. Traicionar esa voz queda para aquellas otras formaciones políticas con las que esos mismo medios pretenden erigir a don Íñigo como cabeza única visible y posible para el diálogo, probablemente muy en detrimento  del programa político de Podemos. 

Esperemos que no haya una tercera vez, porque lo que es seguro y se puede sacar en claro de estas peleas intestinas es que, así, no se puede. Así, se va a la mierda el proyecto político más ilusionante que ha tenido este país en cuarenta años.

DdA, XIV/3825 

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