Félix Población
Si el curioso y sufriente lector está harto de la propagada
religiosa del credo nacional-católico que están publicitando a tope los medios audiovisuales de
titularidad pública y ha escuchado –aunque no quiera- alguna que otra ráfaga
del himno de la Legión de Millán Astray en donde los caballeros legionarios se
declaran novios de la muerte, puede que haya tenido la oportunidad de saber que
el año pasado estos caballeretes se lo cantaron a niños con enfermedades muy
graves o terminales en algún que otro hospital del país, y que hemos visto a niños de muy
pocos años ataviados con el uniforme del Tercio entonando a voz en grito ese
himno, cuando el que deberían ensayar con absoluta entrega sería el de ser novios de la vida, que dice mi amigo Goti.Teniendo en cuenta, además, que M. Rajoy ha defendido reciente y públicamente
que los alumnos de nuestros centros escolares aprendan en las aulas los valores
de las Fuerzas Armadas, podría darse el caso de que entre esos valores estuviera el que las jóvenes generaciones se proclamen novios de la muerte, desfilen marcialmente y cara al cielo en los patios de colegios e institutos en el horario de recreo, y hasta saquen una cabra en cabeza, alimentada por el erario público, como mascota de sus marchas.
DdA, XIV/3806
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