Félix Población
Una vez más, vuelvo mi mirada
hacia Portugal, país al que tengo a poco más de una hora de mi lugar de
residencia, y observo los datos que arroja el hecho de haber conseguido la
unidad de la izquierda y con ella el gobierno de la nación después de las
elecciones de 2015.
A partir de entonces, la política económica portuguesa
actuó –según los expertos en esa materia- a la inversa de lo que estaban
haciendo los demás países europeos tras la crisis, con una modulación
de la austeridad y más fomento de la demanda interna. Creían que si el
gobierno gastaba más, la economía se reactivaría, aumentaría la recaudación de
impuestos y, como resultado, el déficit fiscal caería. El Banco de
Portugal estima que para 2019, el desempleo habrá bajado al 7% y las
exportaciones subirán un 6%. La inversión extranjera directa alcanzó en
2016 los 900 millones de euros, lo que ha atraído a grandes empresas
internacionales a instalarse en territorio luso y demanda personal cualificado.
Ahora, mientras España y uno de sus países, Cataluña, se enzarzan en un nuevo
episodio esperpéntico nacional protagonizado respectivamente por el gobierno del Partido Popular corrupto y el del Partido Democrático de Cataluña (corrupto) más aliados disímiles, la Asociación Empresarial de
Portugal ha decidido lanzar hace unos meses un plan de fomento del
apoyo financiero a los emigrados durante la crisis, al que ha decidido sumarse
el gobierno de la nación. En su mayoría, esos ciudadanos que han emigrado en
los últimos años son -como en España- jóvenes cualificados que se aventuraron a
buscar fortuna en otros países para esquivar las altas tasas de paro y falta de
oportunidades laborales existentes en el suyo.
La última noticia que no has llegado de Portugal, y que no ha tenido ninguna relevancia en los medios de comunicación españoles, es que todo el agua del país ha sido declarada por ley de titularidad pública. Yo quiero ser portugués y entenderme en su hermosa lengua con sus poetas y sus gentes, amables y hospitalarias, a las que más de una vez les he dicho -ante su deferencia al hablarme en castellano- que lo hicieran en su idioma por el grato placer de escucharles.
PS.- La mayoría de los emigrantes portugueses quieren volver porque sienten añoranza de su familia y su país. No sigamos haciendo todo lo posible para que nuestros emigrantes la pierdan.
PS.- La mayoría de los emigrantes portugueses quieren volver porque sienten añoranza de su familia y su país. No sigamos haciendo todo lo posible para que nuestros emigrantes la pierdan.
DdA, XIV/3649
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