
Félix Población
En el libro
más que recomendable publicado por Capitán Swing hace unos meses, Ibex 35. Una historia herética del poder en
España, Rubén Juste dice en el prólogo que trata de descorrer la cortina
del poder económico en España para observar aquello que oculta detrás: la concentración
económica incesante en pocas manos; y detrás, la historia de dominación y poder
de una minoría; y más atrás, el particular desarrollo de unas instituciones
políticas y económicas que han permitido que esta minoría saltara de un
Gobierno ( y régimen) a otro bajo la protección de una estructura de poder.
Descorrida
la primera cortina, apunta Juste que el valor en bolsa de las treinta y cinco
empresas que forman el IBEX equivale al 50 por ciento de la riqueza del país,
pese a lo cual su aportación a la nación en impuesto de sociedades se cifró en
8.500 millones de euros en 2015, esto es, el 7,5 por ciento del global impositivo
(111.600 millones). En el libro del profesor Juste se habla a fondo del IBEX,
de las empresas que lo han formado, de su origen y motivaciones políticas, de
la historia del índice a través de sus personajes fundamentales, de las
alianzas y traiciones, del protagonismo de los políticos que pasaron a las
grandes empresas, de las privatizaciones, de las estrategias de los partidos
para hacerse con el poder económico y viceversa.
Se trata, en efecto, de una
historia herética del poder en España sumamente ilustrativa, cuya difusión
abierta a la calle comenzó ayer en la capital del reino con el tramabús, que
tanto ha soliviantado a quienes desde los poderes mediáticos, políticos y
económicos preferirían que esa historia quedara encerrada en las páginas de un
libro, o puede que ni siquiera en un libro. Al fin y al cabo, el de Rubén Juste es un trabajo de investigación que
requiere una cierta preparación para profundizar en su lectura y en la cuestión
esencial que ha movido al autor a escribirlo: ¿Es el Estado el que regula y
condiciona el devenir de las grandes empresas, o son las empresas las que han
pasado a tener un mayor control de determinadas áreas del Estado?
El tramabús
recorrerá también otras ciudades del país marcadas por la corrupción y no se
sabe hasta qué punto interesará a los ciudadanos, hartos de que esa lacra se
ventile en los medios de comunicación sin que las cárceles sean ocupadas por
quienes son protagonistas de esa deleznable actualidad. Puede que la iniciativa
les parezca a los adversarios políticos de Podemos más propia de campaña
electoral que del curso político en marcha, habituados como están a utilizar la corrupción como argumento electoralista de ataque, pero si en ese bus lo que se pretende es dar visibilidad explícita a la trama que el profesor Juste analiza en su libro, bienvenida sea. Me parece una misión pedagógica -como aquellas de la segunda República- adaptada a nuestro tiempo. Hay otras muchas más pendientes en muy diversos ámbitos.
PS.-Se echa de menos en el tramabús la imagen de un familiar político de la Casa Real, condenado por la justicia, aunque Pablo Iglesias haya dicho que la "imaginería" es renovable.
PS.-Se echa de menos en el tramabús la imagen de un familiar político de la Casa Real, condenado por la justicia, aunque Pablo Iglesias haya dicho que la "imaginería" es renovable.
DdA, XIV/3512
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