viernes, 31 de marzo de 2017

HARDY, HARDY

Félix Población

Como para tantos adolescentes de finales de los sesenta del pasado siglo, la personalidad y las canciones de Françoise Hardy fueron para mí una de las primeras materias musicales de embeleso. Puedo asegurar sin ninguna duda que estaba prendado de la cantante francesa y que de buena gana me hubiera plantado con mi amigo Jorge Álvarez Balbín en aquella primavera parisina del 68, rompiendo incluso la prohibición paterna de hacerlo en auto-stop, si junto al Sena hubiera tenido la más mínima posibilidad de ver en persona a mi admirada. Carecer de esa certidumbre me mantuvo en casa.

Ahora, gracias a las memorias de Hardy –recientemente publicadas en España, después de haber logrado en Francia un apabullante éxito editorial-, descubro que la cantante no se sentía en su mocedad nada agraciada, que llegó a incluso a considerarse muy insatisfecha y hasta acomplejada con su físico y que estuvo muy lejos de sentir la menor afinidad por aquel Mayo del 68. Además de eso, en La desesperación de los simios y otras bagatelas* lo que más sobresale es la calidad literaria de la escritura y la inteligencia y precisión de sus reflexiones.

Fue en el otoño de 1962 cuando, en el transcurso de una noche electoral, Hardy se asomó por primera vez a la televisión de su país para interpretar la que sería ese año y los siguientes, en toda Europa, una canción llamada a perdurar en la memoria de las jóvenes generaciones: Tous les garçons et les filles. El éxito fue tan repentino que bien se puede decir que ocurre de un día para otro, ante la perplejidad y el escepticismo de la propia cantante. Desde entonces, tal como nos recuerda Diego A. Manrique en el prólogo, Françoise Hardy ha grabado un total de 26 álbumes, sin que en ningún momento de su biografía se pueda decir que la cantante haya dado prioridad a su carrera  sobre el amor y la familia.

En este libro podemos encontrar una reposada y muy clara exposición de su pensamiento político conservador -lo que no impide su postura a favor de la eutanasia-, así como una detallada rememoración de los ambientes sociales y artísticos que frecuentó durante muchos años, tratada siempre con suma discreción. Mick Jagger, Paul McCartney, Bob Dylan, Eugene Ionesco, Georges Pompidou, George Harrison, Stockhausen, Michel Houellebecq y Serge Gainsbourg son algunos de los aludidos en estas páginas, con un meticuloso examen de su más que compleja y difícil relación con Jacques Dutronc, pareja de la cantante.

Son especialmente lúcidas y conmovedoras las reflexiones con las que Hardy asiste al deterioro de su salud, víctima de una grave enfermedad, contra la que lucha desde hace unos cuantos años. Es en las últimas líneas de estas memorias donde la autora aclara el porqué de su  extraño título.  Llegar hasta ahí no cuesta, por la calidad de su escritura, si bien podrán parecernos un tanto lejanas las interioridades del mundo artístico que Hardy relata.

*La desesperación de los simios y otras bagatelas. Memorias.
Françoise Hardy
Ed. Expediciones Polares, 2016 


DdA, XIV/3502

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