Félix Población
El pasado
lunes estuve en la interesante presentación en el auditorio San Blas de Salamanca del primer
libro inédito de Miguel de Unamuno: Apuntes de un viaje por Francia, Italia y Suiza. Los escribió en 1889, cuando tenía 25 años, mientras visitaba diversas ciudades de los países citados, y ahora los ha publicado Pollux Hernúñez en una magnífica edición (Ed. Oportet).
Entre los
ponentes se encontraba Jean Claude Rabaté, que con Colette Rabaté escribió una
de las mejores biografías de don Miguel hace unos cuantos años, y que desde
hace tiempo trabaja en el epistolario de Unamuno, a publicar por la Universidad de Salamanca. Por el número de misivas que
se calcula escribió -las cifras están entre las 25.000 y 40.000-, bien se puede
decir que su autor era todo un epistolómano, capaz de redactar tres o cuatro cartas
al día.
Colette y
Jean Claude dieron a conocer en 2012 las misivas de don Miguel en
el destierro, unas 300, y este año tienen previsto publicar el primer tomo de los 8 de que
constará la correspondencia de Unamuno que ambos investigadores han logrado
reunir. No estará entre las epístolas una que, con fecha el 1 de diciembre de
1936, fue vendida por 1.800 euros y cuyo contenido se publicita en Internet con
este titular: Extensa e importantísima carta manuscrita de D. Miguel de
Unamuno, 1-12-1936.
No pudo
eludir Jean Claude Rabaté la alusión a esta carta, escrita por don Miguel como
respuesta a una postal remitida por la poeta italiana Nina Infante Ferraguti,
en la que esta había saludado a Unamuno con estas frases: “¡Arriba España!, ¡Viva España!”. Si se tiene en cuenta que contra su destinatario había firmado Franco su destitución como rector y que se le había sometido a arresto domiciliario, como consecuencia de su
intervención el 12 de octubre en el paraninfo de la Universidad (“Venceréis
pero no convenceréis”), es muy probable que sí sea importante el contenido de esa carta.
Rabaté no se
resistió a comentar, dirigiéndose al doctor Pablo de Unamuno -presente en el acto-,
que quizá en la carta a Nina Infante
esté lo que de verdad pensaba su abuelo de los vencedores en la Guerra de España. Cuando la firmó solo faltaban 30 días para que don Miguel expirara y, aunque a los 72 años se creyera bien de salud, es conocido que el asesinato de algunos de su amigos de Salamanca le había dolido mucho.
DdA, XIV/3464
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