No se puede
ganar más de 580 euros mensuales para completar la pensión que en mi
caso era de 229 euros al mes más los 338 del complemento de mínimos.
Andrés Sorel
Copio el primer párrafo de la carta del Ministerio de Empleo y Seguridad Social que recibo:El Sistema de
Seguridad Social, según lo dispuesto en la Ley de Presupuestos Generales
del Estado, garantiza un complemento de mínimos a las personas cuya
pensión no alcance la cuantía mínima establecida anualmente. El
reconocimiento y conservación de este derecho, requiere que los ingresos
del pensionista, distintos de la pensión, no sean superiores a los
límites previstos en dicha norma, 7.063 euros en el año 2013. Es decir no se puede
ganar más de 580 euros mensuales para completar la pensión que en mi
caso era de 229 euros al mes más los 338 del complemento de mínimos.
Y me sancionan porque dos años atrás, yo cobré 4.691 euros anuales al margen de la pensión, equivalentes a 390 euros mensuales. Esos 4691 euros del año
eran por los "daños colaterales" de ser escritor jubilado y recibirlos
por derechos de autor, conferencias o jurado de premios literarios.
Y en febrero de 2017 me
confirman por expediente, que de mi pensión global de 637 euros
mensuales (cantidad que se debe considerar abusiva para que un escritor
sobreviva mensualmente, y ciertamente en relación a otros miles de
ciudadanos indigentes que les preocupan menos lo es), me van a deducir
441 euros mensuales, con lo que a partir de ahora y en años
subsiguientes cobraré -ya afortunadamente incrementada mi pensión por
esa revalorización del 0,25% que generosamente ha establecido el
Gobierno en 2017) la suma de 196 euros mensuales. Y a vivir con esa
cantidad. Y que deje de escribir y cobrar derechos de autor, por mínimos
que sean, si no deseo que ya que no pueden quitarme mucho más, me quede
el recurso de la cárcel -aunque no sé si está establecida para estos
casos-. Y así llevo penalizado desde que el ilustre Rajoy y su fiel
sonrisa y benefactora de los trabajadores, Fátima Báñez, llegaron al
poder.
Claro, uno no tiene
pisos, ni suyo ni por los que cobrar rentas, ni acciones, ni cuentas
bancarias, ni depósitos en el extranjero, ni tierras, herencias,
negocios u otros bienes declarados o no declarados, que eso no afecta a
las pensiones ni tan siquiera una bicicleta que vender. Libros sí: más
de 10.000, pero ¿importa eso hoy en día a alguien, tienen ya algún valor
para el mercado?.
Solo le restan algunos amigos que le ayudan para no convertirse en un insecto kafkiano.
Mi caso, como escritor,
no es el único: gentes de cine, teatro, otras actividades artísticas,
también sufren este acoso a los creadores. ¿Es acoso o es terrorismo contra la cultura?
Que cada cual juzgue.
Pero soy un desagradecido. Más de 60 libros publicados -dos el último
año, que todos los creyentes me socorran antes de que me llegue la
próxima carta de penalización de nuestras sacrosantas autoridades-,
miles de artículos y conferencias publicados e impartidas a lo largo de
mis excesivos años, y vengo a quejarme el mismo día en que el generoso Estado español me ingresa para que pueda vivir el mes que viene 196,20 euros.
Mejor no ver o leer los
medios de comunicación que nos dicen las decenas o centenas de miles de
euros que cobran banqueros o ex banqueros, empresarios, aristócratas,
políticos jubilados etc. Porque ellos crearon el estado de bienestar de
España, mientras que algunos creadores se o nos dedicábamos a ponerlo
en solfa. Y que no se lo digan a quienes no reciben esos 196 euros
mensuales de ayuda.
Monarquía, Iglesia,
capitalismo: pilares de la gran España que también cuenta con apoyos en
la "cultura del mercado y la publicidad", que, lejos de la individual
creación literaria, de pensamiento o artística, les proporciona
igualmente pingües beneficios.
DdA, XIV/3481
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