Mercedes Arancibia
Hace cuarenta años, cuando en España los restos de franquismo
llegaban a componendas con los recién salidos de la clandestinidad
Partido Comunista (PCE), Partido Socialista (PSOE) y los sindicatos
Comisiones Obreras (CC.OO) y Unión General de Trabajadores (UGT);
mientras se afirmaban alianzas, se creaban Plataformas y Platajuntas a
las que se sumaban monárquicos de toda la vida, liberales pasados por
las universidades de Estados Unidos y demócratas cristianos de buena
voluntad; para resumir pronto, mientras se establecían la bases de lo
que después sería el bipartidismo de la alternancia en el
gobierno (derecha conservadora-socialismo aguado) y una oposición
domesticada (comunismo pactista) durante casi tantos años como los que
había durado la dictadura, en la calle, en los barrios, en las fábricas,
en las universidades, en el ámbito de la intelectualidad y las artes,
otras gentes, otras ideologías que estaban “fuera pero no al margen”,
otras maneras de entender la “transición”, se movilizaban, protestaban y
plantaban semillas que fructificaban en iniciativas de mayor o menor
envergadura, y de mayor o menor longevidad, siempre en busca de un mundo
mejor y más justo.

Iniciativas todas que siguen flotando en el aire de este país, tan
vapuleado por sus gobernantes de todos los colores y que integran por
derecho la memoria histórica tan despreciada por el ultraconservadurismo
actualmente en el poder, y de las que en buena parte han bebido los
recientes movimientos de “indignados”, algunos de los cuales se han
sumado a la competición en las urnas, con notable éxito, y otros siguen
buscando la playa que un día aparecerá –seguro- debajo de los
adoquines, continuando la tarea de todos los ancestros, y entre ellos
ácratas y libertarios que con tanto acierto definió Leó Ferrer (“Apenas son el uno por ciento y sin embargo existen, la mayoría españoles…”).
Entre aquellas iniciativas se encuentra “BICICLETA, revista de
comunicaciones libertarias” (1977-1982). En el reciente congreso
celebrado en Madrid bajo el epígrafe “Las otras protagonistas de la
transición. Izquierda radical y movilizaciones sociales”, un grupo de
redactores de la revista Bicicleta -con 35 años más que el día que
echaron el cierre a una publicación que editó 47 números en sus cincos
años de vida y se vendió regularmente en los quioscos (si bien con
dificultades en la distribución), el primer número al precio de 60
pesetas y el último a 150-, procedentes de los distintos colectivos que
se hicieron cargo de la edición de “Bicicleta” en Madrid, Valencia y
Barcelona sucesivamente, presentaron una comunicación que reproducimos a
continuación por el interés que pueda tener para actuales militantes de
la izquierda radical, así como para futuras tesis o trabajos de memoria
histórica:
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1 comentario:
Impensable una publicación así ahora? Hacia dónde vamos?
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