Queridas Alicia y María: en
estas fiestas hermosas en que el sol nos regala el alargamiento de su
luz y su calor, necesario para no dejarnos decumbentes y cacoquimios,
quisiéramos que el solsticio os regalara a vosotras agibílibus en
cantidad, pues habréis menester de ello el próximo año y las
próximas endécadas.
Necesidades
aparte, y como os vemos propensas, os deseamos verdadera eubolia,
confiando en que no la emplearéis en inútiles y vanas logomaquias
(como, por otra parte, quizá aparenta este opistógrafo), sino para
ahondar en la comunicación y el conocimiento.
Desde
este figurado galicinio del 2017 y hasta su dilúculo, os queremos no
nefelibatas, para que no se aprovechen de vosotras, ni tampoco
fodolís porque alejaríais a lo tonto posibles buenas amistades.
Aprovechad
los conticinios, exteriores y/o interiores, para el necesario
descanso de la mente y el cuerpo, y alimentad vuestro espíritu para
seguir contruyendoos así, como vais.
Y,
por fin, cuando ya se acerca el concubio, que no nos falten dos o
tres dingolondangos suaves, mullidos, gosipinos, aquí y ahora, para
celebrar el Año Nuevo.
1.
Gosipino.
Que tiene algodón o se parece a él. La próxima vez que quieras
decir que un jersey tiene algodón puedes decir que es un jersey
gosipino. Las nubes, por su apariencia, también serían gosipinas.
2. Pitipié.
Es otra forma de llamar a la escala de los mapas. Viene del francés
petit
pied
3. Logomaquia.
Una de esas discusiones que tanto se ven en la tele, en la que se da
más importancia a las palabras que al asunto que se está tratando.
4.
Deuteragonista.
Si Batman era el protagonista, ¿Robin qué era? El deuteragonista.
Es decir, el personaje que sigue en importancia al protagonista.
5. Concubio.
Hasta la penúltima edición del Diccionario de la RAE aparecía
concubio,
definido como ‘hora de la noche en que suelen recogerse las gentes
a dormir’. Ahora la han quitado, pero nada nos impide seguir
usándola.
6.
Galicinio,
conticinio
y dilúculo.
Estas palabras, también relacionadas con las horas, sí aparecen en
la última edición. El galicinio
es la hora próxima al amanecer (a la que canta el gallo); el
conticinio
es la hora de la noche en la que todo está en silencio (si es que
hay alguna), y el dilúculo
es la última de las seis partes en las que se dividía la noche. En
las guardias nocturnas, en cambio, la noche se dividía en cuatro:
prima, modorra, modorrilla
y alba.
7. Dingolondango.
Es una expresión cariñosa, un mimo o un arrumaco. Es difícil
encontrar una palabra más sonora. Ringorrango
(‘rasgo de pluma exagerado e inútil’) se queda cerca.
8. Esticomitia.
Se dice de una poesía en la que cada verso coincide con una frase o
de un diálogo de teatro en el que cada intervención de un personaje
ocupa un verso.
9. Opistógrafo,
fa.
Cualquier hoja escrita por las dos caras. No sé si la usaría en
casos como Nos
han mandado un documento opistógrafo, pero es bonito saber que
existe una palabra para esto.
10.
Mirliflor y
filipichín.
Un mirliflor
es alguien vanidoso y presumido y un filipichín
es alguien lechuguino o afeminado. El que goza de estas dos
características es un pisaverde
‘hombre presumido y afeminado, que no conoce más ocupación que la
de acicalarse’, lo que se
ha visto
como precedente del metrosexual.
11. Nefelibata.
Esta
es una palabra que gusta mucho en las redes. Se refiere a aquel que
no se entera de nada porque anda (en griego -bátēs)
por las nubes (en griego nephélē).
12. Eubolia.
Suena un poco mal (como a embolia), pero es la virtud de hablar bien.
13. Agibílibus.
Si a la eubolia le unimos el agibílibus
o habilidad para desenvolverse en la vida, lo tendremos casi todo.
14. Decumbente.
El que yace en la cama, por enfermedad, por ejemplo.
16. Barbirrucio.
El que tiene la barba con pelos blancos y negros.
17. Dextrógiro y
levógiro.
Lo que gira en el sentido de las agujas del reloj es dextrógiro
y lo que no levógiro.
También existen dextrorso
y sinistrorso,
pero me parecen más bonitas las primeras.
18. Cacoquimio,
mia.
El que está enfermo de tristeza
20.
Endécada.
Todos sabemos que la década es el período de 10 años, pero, si
preguntamos cómo se llama el período de 11 años, pocos sabrán que
es endécada.
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