Abrazos de traición
Félix Población
No sé si lo recordará el curioso lector, pero creo que
fue en el film Valentina, basado en la deliciosa novela de Ramón J. Sender Crónica del
alba, donde el joven protagonista chinchaba a un potencial rival amoroso haciéndolo
decir que su padre era un político nefasto.
Esta expresión se me queda corta para referirme a
Felipe González, no por lo que dejara de hacer durante los años en que fue presidente
del Gobierno o por algunas lacras que los significaron como la de los GAL, sino
por los últimos y bochornosos episodios de los que ha sido protagonista su partido, así como por sus recientes declaraciones a
la revista francesa Politique Internationale.
El señor
González, callado como una tumba durante la semanas en que se gestó el golpe de
régimen llevado a cabo en su partido para hacer posible la continuidad de la
derecha en el Gobierno de la nación, afloró ayer a las portadas de los
periódicos gracias a la exhibición de su mala baba. Así se puede desprender de una
manifestaciones en las que duda de que el exsecretario general del PSOE,
defenestrado por una conspiración inspirada por don Felipe y su baronía más
fiel y sumisa al IBEX, pueda hablar más de media hora sobre sus propuestas para España.
Al
expresarse de ese modo, el señor González Márquez no está mostrando únicamente una
discrepancia ideológica con quien en última instancia, luego del craso error de
pactar con Ciudadanos, pretendió intentar un gobierno progresista. Lo que hace es
tratar de denigrar la capacidad política de quien fue elegido por la militancia socialista como
secretario general y tuvo la dignidad de dimitir antes de faltar a la palabra
dada a sus votantes.
En la
entrevista, el expresidente lamenta que el PSOE
haya perdido su vocación
mayoritaria y admite que está en crisis y que ya no se le percibe por
parte de los ciudadanos como una fuerza de progreso capaz de defender y
restaurar los derechos sociales. Ignoro si al periodista se le ocurrió repreguntar por la responsabilidad que le cabe a González en esto último, porque su última gestión en la sombra ha consistido en dejar a su partido hecho unos zorros.
PS.-Los castigos a que la Comisión Traidora está sometiendo a los diputados del PSOE que votaron no a la investudura de Rajoy, más que coser van a descoser al partido hasta hacerlo un guiñapo. ¿Otro PSOE es posible?
DdA, XIII/3389
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