Con el sugerente título: “Escenarios de guerra: paseando por Madrid a
través de su memoria” salió en el año 2015 un libro digital, de casi
100 páginas y con numerosas fotos, publicado por el Centro de Ciencias
Humanas y Sociales (CCHC) perteneciente al CSIC, y dirigido por un
investigador de dicho centro, Miguel Cabañas.
Desde el comienzo ya se ve en que tono está escrito, cuando en el
apartado, “un poco de Historia”, nos dice: “…Comenzaron entonces tres
años de sufrimiento de un pueblo fracturado en dos bandos enfrentados…”
Además se incluyen testimonios de periodistas y militares fascistas, y
no hay investigación primaria, sino un simple corta y pega y una
bibliografía que no incluye a verdaderos investigadores del tema, como
pueden ser Mirta Núñez y Antonio Rojas, en su pionero libro “Consejos de
Guerra”.
Lo más grave es que este libro es el resultado de dos proyectos de
investigación, financiados por el Ministerio de Economía y
Competitividad, del que depende actualmente el CSIC.
Los dos proyectos, son los siguientes:
– “50 años de arte en el siglo de la Plata Español (1931-81) del CSIC -HAR2014-53871-P”
– “50 años de arte en el siglo de la Plata Español (1931-81) del CSIC -HAR2014-53871-P”
– “Madrid 1936-39, capital, frente y retaguardia en guerra”
-HAR2014-52065-P (participa el departamento de Historia contemporánea
-Universidad Complutense de Madrid).
Madrid ha sido (después de la batalla de Stalingrado), la ciudad
sitiada durante una guerra, que más tiempo ha resistido un asedio.
Franco decidió que en vez de seguir atacando frontalmente a la ciudad,
como vino haciendo desde el principio de la GCE (Batalla de Madrid),
pasar a sitiarla durante tres años y asfixiar a su población y
bombardearla constantemente, con la ayuda de los aviones nazi-fascistas.
Pero su población supo organizarse y por eso se construyeron en la
capital hasta 100 refugios antiaéreos.
Mientras el cerco de Stalingrado, de 200 días, ha tenido toda clase
de reconocimientos a sus héroes, como películas, libros, etc., aquí se
subvencionan proyectos que tienen una total falta de rigor y que parece
que nadie controla su calidad histórica.
Como ejemplo de lo que digo es este libro que estamos comentando, que
no incluye en el escenario de guerra al Hospital de Carabineros que se
situó en la Residencia de Estudiantes, y en donde se curó a miles de
milicianos de una epidemia de malaria, en los frentes del Jarama, cuando
ya en mayo de 1937, se comenzó el cerco a Madrid desde los diferentes
frentes.
La conexión, a través de una compleja organización de ambulancias y
con hospitales de campaña, se mantuvo durante dos años (1937-39),
crucial para impedir que el paludismo se propagara en la población de
Madrid y el resto de los frentes.
Desde el año 2007 existe numerosa bibliografía que explica todo este
tema, empezando por mi libro “El Dr. Luis Calandre Ibáñez, de la JAE al
exilio interior” (2008), que según me indicó hace poco la directora de
la Biblioteca TNT de CCH-CSIC,+ tienen en dicha biblioteca, por lo que
Miguel Cabañas no puede decir que no conocía el tema de la Residencia
convertida en Hospital de Carabineros.
También se ha demostrado que debajo de ese Hospital de Carabineros se
construyó un refugio antiaéreo para proteger a los milicianos, vestigio
arqueológico de la GCE, que tuvo una nefasta rehabilitación por parte
del CSIC en los años 1990-2001. Quizás ese sea uno de los motivos por los que no han incluido a la Residencia dentro de su libro ni de los paseos por Madrid.
No comprendo cómo el CSIC no solicita que le subvencionen un
proyecto, que podría llevar el título “La valiente y desconocida
historia de la Residencia de Estudiantes, convertida en Hospital de
Carabineros, durante la Guerra de España (1937-39), su director, el Dr.
Luis Calandre Ibáñez y subdelegado de la JAE”.
Y en cambio lleva a cabo unos proyectos que dejan fuera a la
Residencia-Batalla del Jarama, cuya historia antifascista estoy segura
que emocionaría a muchos madrileños y turistas, como a mí me viene
emocionando desde que comencé su estudio, hace ya una década, sin ningún
tipo de subvención, sino todo lo contrario.
Confiemos en que el Ayuntamiento de Ahora Madrid lo incluya en el
inventario que están confeccionando de vestigios de la GCE, en base a la
conocida como “Ley de la memoria histórica”, del 2007, que por cierto
en su preámbulo dice que “…Hay que honrar al cuerpo de Carabineros”,
cuestión que viene sistemáticamente siendo ignorada por el
CSIC-Residencia de Estudiantes, incumpliendo la Ley.
Próximamente será el 80 aniversario de la creación, en noviembre de
1936, de la Junta de Defensa de Madrid, que tenía como objeto proteger a
la ciudad del avance de los sublevados.
Sería una ocasión única para celebrarlo, con congresos, exposiciones,
libros, conferencias, etc., que explicaran a los madrileños lo que fue
su heroica historia y la valentía del pueblo contra el fascismo.
DdA, XIII/3367
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