Cristina Calandre Hoenigsfeld
El CSIC, que es, según su página web, la “mayor institución
científica española”, sigue ocultando a medias, en sus investigaciones,
la verdadera historia de la Junta para Ampliación de Estudios, cuyo
programa actual está dirigido principalmente por el catedrático de
Historia de la Ciencia, y académico de la Lengua, José Manuel Sánchez
Ron y José García Velasco, del CSIC y director de la Residencia de
Estudiantes durante más de 20 años.
Se trata de no reconocer la enorme labor en defensa de la II
República y la legalidad de su Constitución de 1931 por parte de muchos
de los científicos de dicha JAE, como fueron el gran filólogo Tomás
Navarro Tomás, el naturalista Ignacio Bolívar, el paleontólogo José Royo
Gómez, el filólogo Rafael Lapesa, el químico Enrique Moles, el
genetista Antonio de Zulueta, el cardiólogo Luis Calandre Ibáñez (mi
abuelo) y muchos otros, que sí estuvieron al lado del Frente Popular.
Luego fueron represaliados con cárcel, multa y depuración por los
franquistas, especialmente por los del Opus Dei, que pasaron a controlar
el CSIC, a partir de su creación por una Ley ilegal, de 24 de noviembre
de 1939, pues se basaba en un decreto franquista del 19 de mayo de 1938
que disolvía a la JAE republicana desde Burgos, cuando dicha JAE siguió
funcionando en los territorios republicanos de Madrid, Valencia y
Barcelona hasta la derrota de la II República en abril de 1939.
Hace un año, en septiembre de 2015, fui a ver una exposición en la
sala del Centro Conde Duque de Madrid que llevaba por título “La ciencia
de la palabra. Cien años de filología española”, organizada por el
CSIC, la Fundación Española para la Ciencia, el Ministerio de Economía,
la Fundación Ignacio Larramendi y la colaboración de la RAE. Tenía de
comisarios a los investigadores del CSIC-CCHS Pilar García Mouton y
Mario Pedrezuela.
Dado que trataba sobre Tomás Navarro Tomás y el Centro de Estudios
Históricos, me llamó mucho la atención que en dicha exposición se
ocultara la actividad que tuvo durante toda la Guerra Civil española,
diciendo que dejó de funcionar en el invierno de 1938-39 y que su sede
en la calle Medinaceli solo existió hasta 1936, cuando todos los
documentos dicen que estuvo activa hasta abril de 1939.
Hice algunos artículos de denuncia, escribí también en el libro de
visitas una protesta y lo único que conseguí es que el investigador
Mario Pedrezuela se disculpara conmigo, pues en Radio Nacional dijo que
Tomás Navarro Tomás salió al exilio en 1936, cuando fue en 1939.
Pero todo siguió igual, ya que en mayo de 2016 sacaron en la página
web del CSIC el resultado del proyecto ALPI, donde vuelve la directora
del ‘proyecto’, la investigadora García Mouton, a decir que “la guerra
interrumpió las encuestas que se hicieron entre 1931 y 1936 y su
director, Tomás Navarro Tomás, tuvo que salir al exilio”.
En esta ocasión, ante mis protestas, la señora investigadora me
contestó que ella conoce muy bien cuándo se exilió Tomás Navarro Tomás, y
que yo “tergiverso sus palabras”.
Pero aquí no se acaba esta historia de ocultación de la verdadera
historia de la JAE-Centro de Estudios Históricos-Tomás Navarro Tomás,
pues de nuevo vuelven los del CSIC al ataque y en el programa de RNE
“Tomás Navarro Tomás y el histórico Archivo de la Palabra”, que se
emitió en junio de 2016, Pilar García Mouton y otras dos personas
vuelven a la carga, ocultando la verdadera historia del CSIC-CEH-TNT.
En esta tercera ocasión, ante mis reclamaciones, me contesta una de
las participantes, Pilar Martínez Olmo, directora de la Biblioteca del
CSIC, diciéndome que ellos conocen perfectamente la trayectoria durante
la Guerra de España de Tomás Navarro Tomás y de mi abuelo, el doctor
Luis Calandre Ibáñez, en la JAE, enumerándome una serie de referencias a
los dos en la web y publicaciones del CSIC, e incluso me dice que
tienen mi libro El Dr. Calandre, de la JAE al exilio en su biblioteca.
Pero lo que no dice es que sigue vigente un decreto ilegal franquista
que disuelve a la JAE y hace imposible el reconocimiento “jurídico” de
los defensores de la JAE del Frente Popular (1936-39), desde la ciencia y
la pedagogía. Y que dicho decreto ilegal aparece en todas las
publicaciones y webs del CSIC.
El CSIC tiene que reconocer que Tomás Navarro Tomás, el gran
filólogo, fue nombrado “oficialmente” secretario de la JAE en la Gaceta
de la República por una orden ministerial del 30 de agosto de 1936, por
el ministro de Instrucción Pública Francisco Barnes, y que
posteriormente Tomás Navarro Tomás, a propuesta de Rafael Lapesa, nombró
en octubre de 1938, por medio de un oficio, subdelegado de dicha JAE en
Madrid a mi abuelo el eminente cardiólogo Dr. Luis Calandre Ibáñez, que
dirigía el Hospital de Carabineros en la Residencia de Estudiantes,
curando a cientos de milicianos de una grave epidemia de malaria
extendida por los frentes de Madrid.
Caían tantas bombas nazi-fascistas que hizo construir un refugio
antiaéreo debajo, para protegerlos, aunque actualmente está medio
destruido, por una nefasta rehabilitación que tuvo lugar entre 1990 y
2001.
Tan grave es todo este tema que en la biografía de Tomás Navarro
Tomás en la Real Academia de la Lengua, de la que fue académico
histórico, no aparece reseñado que fue secretario de la JAE durante la
Guerra Civil, diciendo, eso sí, que fue el director de la Biblioteca
Nacional. Por ese motivo también les he formulado una queja, que en esta
ocasión no ha tenido respuesta.
Estoy convencida que el CSIC sabe perfectamente, desde el principio,
todo lo de la JAE y su actividad en la Guerra Civil, pero no reconocen
de una manera clara la verdad, pretendiendo que mediante algunas
referencias a ello (obligados siempre por mí) nos demos por satisfechos y
así ocultar el decreto franquista de 19 de mayo de 1938 (y en
consecuencia la posterior creación fraudulenta del CSIC) que va contra
la legalidad de la Constitución republicana de 1931, cuando la propia
página web del Congreso de los Diputados, en su apartado de Sesiones
Históricas, reconoce su vigencia hasta la derrota republicana de abril
de 1939.
Además, el 25 de febrero del 2010 un grupo de descendientes de
familias de la Institución Libre de Enseñanza y de la Junta Para
Ampliación de Estudios solicitamos al CSIC que modificara una placa que
hay en la fachada del edificio de Física y Química (en la actual
Rocasolano), basándonos en la aplicación de la conocida como “Ley de la
Memoria Histórica”, y la petición fue atendida, por lo que se cambió la
fecha que ponía JAE 1907-1938 por JAE 1907-1939, con lo que el CSIC reconocía la ilegalidad de la ley franquista de 1938.
Es un choque de legalidades Constitucionales, la legal republicana de
1931 y la ilegal Monárquica de 1978. Esperemos que pronto restituyamos
la legalidad republicana con la III República.
DdA, XIII/3360
No hay comentarios:
Publicar un comentario