sábado, 25 de junio de 2016

RE-FLEXIONANDO

Antonio Aramayona
 
Día de re-flexión. Para re-flexionar hay que hacer antes flexiones o flexionar (doblar o encorvar el cuerpo o algún otro elemento de la naturaleza o de la gramática). Los rayos de luz, por ejemplo, reflexionan cuando inciden en una superficie, chocan en ella y se desvían y regresan al medio que salieron formando un ángulo igual al de la luz incidente. Y un ser humano reflexiona cuando decide pensar atenta y detenidamente sobre algo, para lo cual precisa penetrar en su interior, flexionar sobre sí mismo, y allí re-flexionar el tiempo que necesite para volver al mundo y a la vida desde sí mismo, desde sus propios valores y convicciones. He deseado siempre y sigo deseando que, re-flexionando, cada persona sea capaz de llegar hasta sí misma (la madre de todas las reflexiones): una opción política es votable si y solo si, y en la medida en que respete, promueva y haga realidad los derechos humanos fundamentales (vivienda, trabajo, sanidad, educación, pensiones, muerte digna, dependencia…) y las libertades cívicas (expresión, opinión, reunión, etc.). Mañana votaré. He re-flexionado mucho y bien.

La jornada transcurre bajo el toldo de metacrilato del brexit británico. Particularmente, pienso que los británicos tienen el mismo derecho de estar dentro o fuera de la UE. Pero pienso –deformación profesional- en Hume, Locke, Whitehead, Russell, Ockham, Moore, Stuart Mill, Darwin, Spencer, Hawking, Conan Doyle, Dickens, Oscar Wilde, Tolkien, Tomás Moro, Newton, Watt, Agatha Christie, Wells, Orwell, Kipling, John Lennon, Mc Cartney, Beatles, Rolling Stones, Iron Maiden, Jethro Tull, Hugh Laurie… ¡Tantos! 

Mi vida sería distinta –no sería- sin ellos. Mi vida sigue igual porque siguen conmigo. ¿Brexit? Quizá de instituciones, Bancos y primas de riesgo, exit también que conduce al abandono de cientos de miles de refugiados, etc.  La UE ha terminado por ser el ratón parido por la montaña. Pero Gran Bretaña y mis amigos británicos y yo somos los mismos que anteayer, cuando el brexit era solo un fragor de patrioterismo, egoísmo, chauvinismo. Curiosamente, al parecer han votado Fuera de la UE los de más edad,  mientras que por la permanencia estaban los de menos edad. Visto lo visto, incluso yo estaría fuera de la UE, a la vista de los estragos sociales que está causando su neoliberalismo entre el pueblo, entre la ciudadanía. Sin embargo, nunca podría estar fuera de Europa, porque entonces me arrancaría el cuerpo y el alma, mi propia identidad. El pensamiento, la cultura, tú, yo, todas y todos, lo más grande y lo más insignificante somos producto de 2.500 años de historia europea (no solo de crónica histórica –Historie-, sino de desarrollo del transcurrir de  la vida y de los seres humanos en esta parcela del planeta Tierra –Geschichte-).

Ingrid me escribía ayer un email en el que recordaba “un poema de Valente, precioso, que podría responder(me)”: “Porque es nuestro el exilio. No el Reino”. Da en el clavo. El Reino es el sistema del poder, que nos dice cómo vivir, que traza los límites del bien y del mal, según sus intereses, aun yendo contra lo humano del ser humano. Por eso hay que exiliarse. Ese Reino no lo quiero, no quiero ningún Reino. Por eso me exilio. El exilio es la búsqueda de la condición humana en su anhelo primigenio, es el anhelo del vivir y del convivir de verdad. Verdad es des-cubrir, des-velar lo que el sistema del poder en-cubre, cubre con un tupido y rancio velo. Debemos exiliarnos. Yo, al menos.
 
Por eso mañana votaré. Sin ingenuidad, sin la inocencia política de hace treinta o cuarenta años. Votaré caminando hacia el exilio (no he querido hacer otra cosa a lo largo de mi existir), a sabiendas de que el exilio ya tiene destinos definitivos para mí. Noto ahora la respiración de Aristóteles, de Newton, de Marx, de Jung, de Nietzsche. Soy su futuro. Ellos y muchos otros son mi pasado y mi presente. Voto porque soy un quark llamado strange que con otros muchos quarks formaré parte de un barión y un protón que se incrustará en el corazón mismo del futuro y de los anhelos de millones de seres que desean ante todo y sobre todo ser felices. Son mi futuro. 
 
DdA, XIII/3305

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