Hace falta, como nunca, un ejercicio de inventiva, de audacia y, sobre todo, de unidad organizativa para mantener visible --como posible-- la opción del cambio --frente al régimen-- en los próximos meses.
Insertamos a continuación los últimos párrafos del artículo que Santiago Alba Rico, candidato al Senado en la lista por Ávila de Podemos en las pasadas elecciones legislativas, publica hoy en CTXT y cuya lectura íntegra se puede continuar en ese medio. La recomendamos a todos los que se interesen
por un análisis por lo menos inteligente de los resultados electorales
que se dieronel pasado domingo en España. Y ya de paso, es aconsejable también la lectura en Cuarto Poder del artículo de Fernández Liria, donde sostiene, acerca de la campaña llevada a cabo por Unidos Podemos que se han moderado tanto buscando el voto socialista que no parecían ni ellos.
Sabemos, pues, dos cosas: que la “gente de régimen” ha
votado al PP y la “gente de cambio” se ha abstenido. Y sabemos, en
consecuencia, que los defensores del régimen han vencido a los defensores del
cambio. Es, como escribía ayer, una catástrofe. Lo es de
manera inmediata porque el régimen mismo --cuando alcanza las cotas más
altas de corrupción económica e institucional-- se relegitima; y lo es porque,
aunque le cueste encajar una fórmula estable de gobierno para los próximos
cuatro años, su victoria deja a Unidos Podemos un margen de maniobra diminuto a
la hora de introducir un vector disruptivo en las instituciones: ni puede
proponer nada ni aceptar ninguna propuesta. Hace falta, como nunca, un
ejercicio de inventiva, de audacia y, sobre todo, de unidad organizativa para
mantener visible --como posible-- la opción del cambio --frente al régimen-- en
los próximos meses, para seguir frenando el “cambio radical” europeo y para
tratar luego de erosionar al régimen por abajo, allí donde se activa esa gente
asustada, colérica y conscientemente antiética y antidemócrata, sin la cual no
ganaremos nunca ni la batalla cultural, tan decisiva, ni las próximas
elecciones.
Los resultados son una catástrofe también, o sobre
todo, porque la Historia discurre en el Tiempo, que no es homogéneo y vacío y
por lo tanto mete prisa; y porque la España de “régimen”, que resiste más
cuando más tocada parecía, entra como un guante en la Europa que apuesta por el
“cambio radical”; mientras que la España “de cambio”, moderada, democrática,
solidaria y social, ahora frenada, va a contracorriente de las fuerzas
dominantes en el mundo. Pero no acabemos en un tono tan bajo, por muy realista
que sea. Los que establecen un paralelismo entre el 26J y la victoria del PP
tras el 15M, olvidan no sólo su flaca mayoría del domingo, frente a la mayoría
absoluta de 2011, sino todo lo ocurrido en estos dos años: los ayuntamientos
del cambio, la consolidación de Unidos Podemos, las mayorías en Catalunya y el
País Vasco. Nadie daría por perdida una partida así. Aunque sólo sea porque
hace dos años nadie nos habría imaginado ni siquiera jugándola.
Carlos Fernádez Liria: Se han moderado tanto en campaña buscando el voto socialista que no parecían ni ellos. Léase en http://www.cuartopoder.es/tribuna/2016/06/30/30j/8767 Cuarto Poder
DdA, XIII/3311
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