Rafael Jiménez Claudín
La educación pública ha atravesado periodos de alto reconocimiento en
España y es recurrente recordar cómo en los pueblos más pequeños se
podían encontrar maestros entregados a que los más pequeños del lugar
adquirieran conocimientos suficientes para poder dar el paso siguiente
en la capital respectiva, o cómo tras la universalización de la
enseñanza gratuita conseguida en 1990 con la Logse se produjo un
incremento notable de la educación infantil, que repercutió
posteriormente en los demás ciclos educativos.
Viene este recordatorio a cuento de lucha que siempre ha
desarrollado la derecha política española por mantener la educación en
el ámbito de lo privado, debido al concepto de que la educación más allá
de las cuatro reglas solo es útil para quien tendrá después medios para
rentabilizarla, y eso solo puede corresponder a las clases pudientes.
Esa teoría, aplicada con carácter general por la derecha cavernícola,
urbana o rural, ha tenido aun más predicamento cuando se trataba de
mujeres, ya que incluso las de buena posición no necesitaban saber
filosofía para ser buenas amas de casa, y para su soltería bastaba con
una academia de mecanografía que las permitiera ser buenas secretarias,
reservándose la educación superior para hijas que tuvieran que asumir
responsabilidades en empresas familiares a falta de hermano varón que
asumiera la herencia.
Pero desde la aprobación de la citada Logse, la derecha española tuvo
más difícil ese empeño de circunscribir la enseñanza de calidad al
ámbito privado, y a pesar del empeño de Alianza Popular primero, el
Partido Popular después, siempre apoyados por la jerarquía eclesiástica
en su parcela de la enseñanza en centros de ideario religioso, la
enseñanza pública alcanzó predicamento y los primeros gobiernos
socialistas dedicaron presupuestos suficientes para que alcanzara cotas
altas de calidad y gozara de las preferencias de los padres de las
nuevas clases medias que aparecían en la España más modernas.
El nivel adquirido en dotaciones presupuestarias impidió después a
los gobiernos del Partido Popular echar abajo la educación con recursos
públicos, pero sí fueron capaces de lanzar nuevas políticas bajo el
paraguas de la enseñanza concertada, que ponía a disposición de
colectivos selectos recursos públicos para montarse sus propias escuelas
y con su propio ideario social y religioso.
La coexistencia de ambos sistemas, pública y concertada, debía
desarrollarse sin menoscabo de una u otra, pero ese objetivo se vino
abajo con los periodos de crisis económica que se han sucedido en
España, y con la solución de recortes en el gasto público llevada a cabo
por la derecha política, que en el ámbito de la educación ha gravitado
más sobre la escuela pública, y prueba de ello es la “Marea verde” que
comenzó a invadir las calles de las principales ciudades para luchar
contra la disminución de personal y el cierre de centros educativos.
Y cómo hacerlo entonces para no levantar en lo posible a padres y
profesores ha sido motivo de dedicación de ministros, consejeros y
concejales del Partido Popular durante los doce años en que han tenido
en sus manos el Gobierno de España y de los más de cuarenta años en que
han gobernado muchas comunidades autónomas, en los que han conseguido
además establecer mecanismos de subvención pública de la enseñanza
privada difíciles de modificar sin afectar a miles de familias que
optaban por esa opción por considerar que alejaban a los hijos de los
peligros, en algunos casos hay que reconocer que ciertos, de los centros
públicos en la enseñanza secundaria.
Pues un buen ejemplo de cómo se lleva a cabo esa política de
desmantelamiento paulatino de la enseñanza publica en favor de la
privada lo tenemos en el municipio madrileño de Tres Cantos, uno de los
de mayor renta de España y donde el precio de la vivienda se ha
mantenido a pesar de la burbuja inmobiliaria.
Paso a transcribir el correo que me llega del grupo de concejales de
Ganemos Tres Cantos, segunda fuerza política en el Ayuntamiento tras las
últimas elecciones municipales, que tienen como portavoz precisamente a
una profesora de instituto, María Jesús Martín Díaz.
La educación pública siempre ha
gozado de una excelente salud en nuestro municipio. Es una educación
pública de gran calidad, pero los gobiernos del PP de la Comunidad de
Madrid y de Tres Cantos se han empeñado, en la última década, en
someterla a una cirugía que la está desangrando, porque han hecho una
apuesta descarada por la escuela privada-concertada, desde la cual se
pueden potenciar los negocios en la educación.
Desde la instalación y creación de
dos colegios privados-concertados, Nuestra Señora de la Merced en 2004 y
Humanitas Bilingual School en 2011, en nuestro municipio se han
suprimido 25 grupos en los nueve centros públicos y ya son cinco los
colegios que han perdido una línea, pasando de línea 2 a línea 1. La
línea hace referencia al número de grupos de niños de 3 años, primer
nivel que cursan en los colegios y que lógicamente repercute en todos
los niveles posteriores. Por esta razón se denomina linea, porque afecta
desde el primer curso de Infantil hasta el último de Primaria.
El año pasado por estas fechas, en
medio del proceso de escolarización, la Consejería de Educación de la
Comunidad de Madrid, sorprendió enormemente a toda la comunidad
educativa tricantina abriendo una nueva línea en cada uno de los centros
concertados, que pasaron de línea 3 a línea 4. Hecho que no tenía
ninguna justificación. Ni siquiera el número de solicitudes que había
recibido estos centros lo justificaba, en caso de que esto fuese una
justificación.
Para que no se vuelvan a repetir
situaciones como la anterior, Ganemos Tres Cantos presentó ayer en el
Pleno del ayuntamiento una moción para instar a la Consejería de
Educación de la Comunidad de Madrid a la paralización, el cese y la
supresión de cualquier concierto de nuevas unidades, tanto para
educación infantil de 3 años como de cualquier curso de las etapas de
infantil y primaria, en los dos centros privados concertados de Tres
Cantos, y a que cese la supresión de unidades y plantillas de
profesorado en los centros públicos de Tres Cantos y se recuperen los
grupos y plantillas de profesorado que se han perdido.
La oferta en los colegios públicos de
la localidad de Tres Cantos puede cubrir con creces las necesidades de
escolarización y, por tanto, no se justifica la creación y el concierto
de nuevas líneas, la apertura de nuevas unidades concertadas, en el
Humanitas y en Nuestra Señora de la Merced, mientras hay cinco colegios
públicos que han perdido oferta educativa.
La moción no salió adelante porque PP
y Ciudadanos decidieron apoyar sin tapujos a los centros privados
concertados frente a la escuela pública de nuestro municipio. PSOE apoyó
la moción de Ganemos Tres Cantos. La moción recibió 10 votos a favor y
10 votos en contra. Decidió el voto de calidad del alcalde.
Así se gestiona ahora la educación publica y concertada desde la
derecha más reaccionaria del Partido Popular y la nueva derecha de
Ciudadanos.
DdA, XIII/3283
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