lunes, 30 de mayo de 2016

LA MUERTE CAYÓ DE LA CASA BLANCA


Lazarillo

"Hace 71 años la muerte cayó del cielo y el mundo cambió", dijo Obama, poco después de depositar una ofrenda floral en el Memorial de la Paz de Hiroshima bajo la mirada del primer ministro japonés Shinzo Abe y varios de los sobrevivientes del ataque. Ni el más mínimo indicio de arrepentimiento. "Vinimos a reflexionar sobre la terrible fuerza desatada en un pasado no muy lejano. Venimos a llorar a los muertos [...]. Sus almas nos hablan", dijo el mandatario, quien que lo que pasó en Hiroshima no debe olvidarse. ¿No debería haber dicho "no debe repetirse"? Más de 140.000 personas fallecieron por la detonación de la bomba atómica en Hiroshima, un acto que EE.UU. justificó como necesario para acelerar el fin del conflicto, pero denunciado por muchos como un crimen de guerra. Leamos a Eduardo Galeano:

Las guerras se venden mintiendo como se venden los autos, son operaciones de marketing y la opinión pública se talla. En el año 1964 el presidente Lyndon B. Johnson, denuncio que los vietnamitas habían atacado dos buques de los EEUU, en el golfo de Tonkín; y entonces el presidente Johnson invadió Vietnam…Cuando ya la guerra había destripado a una gran multitud de vietnamitas, en su mayoría mujeres y niños, el ministro de defensa de Johnson, Robert McNamara, confesó que el ataque del golfo de Tonkín nunca había existido… Los muertos no resucitaron.

Y en marzo del año 2003 el presidente George W. Bush denunció que Iraq estaba a punto de aniquilar el planeta con sus armas de destrucción masiva… Era según él las armas más letales jamás inventadas.Y entonces el Presidente invadió Iraq y cuando ya la guerra había destripado a una buena multitud de iraquíes, en su mayoría mujeres y niños, el propio Presidente Bush confesó que las armas de destrucción masiva no habían existido, que esas armas más letales jamás inventadas, habían sido inventadas por él.

Cuando, hace ya unos cuantos años, mi mamá me daba instrucciones para vivir, entre otras cosas me aseguró que la mentira tenía patas cortas, pero la mentira tiene patas larguísimas, porque en las elecciones siguientes el pueblo recompensó al presidente Bush con una nueva elección.


DdA, XIII/3282

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