jueves, 19 de mayo de 2016

LA BELLEZA ÉTICA Y EL CONGRESO EN LAS PLAZAS

Félix Población

Dejando un lado que vayan o no a cumplir sus promesas electorales, conscientes como somos de que nuestra dependencia de Bruselas y la dictadura de los mercados va a ser un factor a tener en cuenta, todos aquellos que aspiramos a una mayor decencia en la vida pública deberíamos estar agradecidos a Podemos y bastante asqueados ante las infamias perpetradas contra este partido por sus adversarios políticos a lo largo de los dos últimos años. 

No cejarán en los próximos meses y esto puede traer a la postre sustanciosos beneficios en el recuento electoral de Podemos/Izquierda Unida más confluencias, sobre todo si desde esta coalición se maneja la campaña tal como hasta ahora lo están haciendo determinadas declaraciones e iniciativas. Entre las primeras es de valorar sobremanera lo que hoy publica ElDiario.es a propósito de las relaciones entre Pablo Iglesias, Julio Anguita y mi muy estimado Manuel Monereo: “La política está plagada de lógicas enormemente feas", comenta el líder de Podemos, "y la belleza ética de algunas personas para mí es un alimento para continuar. Es esa belleza la que me da energía y la que me hace llorar a veces, demasiadas últimamente”. 

Hablar de belleza ética ante el lodazal de corrupción que afecta al Partido Popular y hacerlo en un país donde no parece resentirse el electorado que lo vota, puede parecer en extremo cursi, pero personalmente me parece sumamente correcto y estimulante, sobre todo ante la campaña de difamación que pueden poner en marcha los adversarios políticos de Unidos Podemos. 

Si a manifestaciones como la de Iglesias añadimos la muy positiva iniciativa de El Congreso en las plazas, que lleva a los representantes de Podemos a debatir en la calle las cuestiones que preocupan a la calle -ya sea en Vallecas o en Callao-, son de prever unos muy provechosos resultados en las urnas. Sobre todo si se mantiene ese estilo constructivo y lúcido de analizar la realidad, ajeno a descalificaciones y pugilatos en la agitación del fango según es habitual en las campañas electorales, y se propende a tratar al ciudadano como se merece: con el mayor respeto a su sensibilidad e inteligencia y con la máxima atención y objetividad a sus problemas y necesidades.

"Cuando pienso en Manolo [Monereo] -ha dicho Iglesias-, en su modestísimo piso de la calle Antonio López [Madrid]", en su despacho en el que no se puede pasar porque está inundado de libros... Pienso en la vida de alguien que encarna la victoria estética del derrotado. Y contribuir a esa pequeña revancha histórica de verle en el Parlamento [será candidato número uno por Córdoba] me hace enormemente feliz".

DdA, XIII/3272

1 comentario:

Anónimo dijo...

De momento se han bajado los sueldos y han renunciado a algunos privilegios de casta.

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