Paco Bello
Hace un instante se ha vivido uno de los
momentos más memorables en la política de este país, al menos para
algunas personas. Y sé que para los que no vengan de una tradición de
lucha política –y con perdón porque ahora ya no se lleva– de izquierdas,
puede que la de hoy pase por una bonita imagen de sentimiento, pero
para otros esto es muchísimo más que eso.
A Pablo le han saltado inevitablemente
las lágrimas, pero no ha sido al único. Los que llevamos una eternidad
esperando este momento no hemos visto a dos personas dándose un abrazo,
sino a la historia dando el giro que habíamos soñado largo tiempo.
Aunque es imposible explicarlo si no se siente.
Julio ha estado a un paso de demostrar
que solo es un humano más, aunque sepa que eso en este caso no hubiera
estado bien. Él es una persona dura, con infinita experiencia y con una
serenidad fuera de los márgenes habituales. Y por eso ha dejado un
mensaje: emoción ahora sí, pero durante cinco minutos. Y después: lucha,
lucha y más lucha, porque lo que viene no va a ser ni mucho menos
fácil.
Pero que nadie nos robe esos cinco
minutos. Gracias Julio. Gracias Pablo y gracias a todos los que se están
dejando la piel en esto.
Nota de Lazarillo: Aunque sólo con emociones no se transita por la política, sobre todo en un país que ha hecho de la política un campo excesivamente saturado de ambiciones y codicia, es obligado dejar constancia que son las emociones una herramienta movilizadora espontánea con la que no cuenta ninguno de los otros partidos que concurren en las próximas elecciones. Si algún día la tuvieron, la perdieron hace tiempo. El abrazo de Anguita e Iglesias movió emociones ayer en Córdoba y ese es un patrimonio muy preciado en los tiempos que corren, hechos y dados al escepticismo y la descreencia, porque puede incidir en una mayoría social harta de lo que hasta aquí se ha dado en la política española.
Nota de Lazarillo: Aunque sólo con emociones no se transita por la política, sobre todo en un país que ha hecho de la política un campo excesivamente saturado de ambiciones y codicia, es obligado dejar constancia que son las emociones una herramienta movilizadora espontánea con la que no cuenta ninguno de los otros partidos que concurren en las próximas elecciones. Si algún día la tuvieron, la perdieron hace tiempo. El abrazo de Anguita e Iglesias movió emociones ayer en Córdoba y ese es un patrimonio muy preciado en los tiempos que corren, hechos y dados al escepticismo y la descreencia, porque puede incidir en una mayoría social harta de lo que hasta aquí se ha dado en la política española.
La campaña electoral que protagonizaría el nacionalcatolicismo, de darse el caso de que asumiera y concurriera a los próximos comicios, no descartaría esta ilustración, que acaso podría llegar a ser portada ahora en algunos medios adscritos a la derecha cerril. La escena corresponde a Jesucristo Superstar, como el avisado lector supondrá. Va a ser dura la campaña contra Podemos/IU+Confluencias, muy dura. Mismamente acabo de leer que la tribu de un refugiado masai pagó 270 cabras a Podemos para financiar al partido morado. La noticia tiene como avalista al heraldo del periodismo pantuflo, según ha podido saber este Lazarillo.
DdA, XIII/3267
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