Lazarillo
Creo recordar que fue en el Festival Internacional de Cine
de San Sebastián de 1977, al que asistí como periodista por primera vez, donde se estrenó
Novecento, el magnífico film de Bernardo Bertolucci, con el que tuve la
oportunidad de hablar de esa película, que tanto impacto causó en su día, sobre todo en España, donde acabábamos de salir de la dictadura.
Gracias a Javi García y Laura del Sol, rescato el fragmento que ilustra estas líneas, correspondiente a unas escenas de una función de títeres para niños. A la vista de lo ocurrido con el espectáculo de títeres ofrecido en Madrid con motivo de los pasados carnavales y que acabó con los titiriteros en prisión (véase vídeo), es posible que más de un cinéfilo haya recordado este fragmento de la película de Bertolucci. La obra fue galardonada con el Premio Sant Jordi en 1978 a la mejor interpretación en película extranjera (Robert De Niro) y con el Premio Bodil de 1977 a la mejor película europea. Recuerdo el gusto con el que el director italiano me habló del desenlace de esas secuencias, con el músico ciego tocando en su acordeón La Internacional, al tiempo que se abre paso entre las madres que despiden a los niños en el andén de la estación entre pancartas y banderas rojas. Es de hacer constar que Novecento se centra sobre todo en el nacimiento del fascismo en Italia, respaldado y mantenido por el gran capital. La Unión Europea -dijo el otro día en Berlín Varoufakis- está gobernada actualmente por una dictadura de tecnócratas y más de diez mil lobistas.
DdA, XII/3209
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