Pensad que queda lo peor: la noche electoral, las declaraciones en tropel, el “hemos ganado” que lo pronunciará hasta Andrés Herzog.
Ramón Lobo
No sé cómo vamos a sobrevivir sin debates hasta el domingo, y sin encuestas (menos mal que nos queda Andorra).
Ya tengo mono, espasmos. Esta mañana he llamado “indecente” a mi gata
que en justa correspondencia teatral que ha respondido “ruiz, que eres
un ruiz”.
Quedan los mítines y youtube para meterse el bipartidismo en vena,
pero no es lo mismo. A mí me pone Campo Vidal en riguroso directo. La
próxima vez debería ser un debate en off con una cámara fija en sus
expresiones, incluidas las pausas publicitarias y el remaquillaje,
aunque es posible que no haya otra vez para ninguno de los tres
protagonistas. Lo siento por el espectáculo.
Es probable que el mal se haya extendido como un virus y sean
millones los españoles con “espasmos ruiz” y otros males populistas y
emergentes. Para evitar que la cosa vaya a mayores y termine en revuelta
voy a recomendar siete canciones, una por día de ansiedad y dos de
propina para los casos extremos. Se pueden escuchar de golpe o a sorbos,
según la necesidad (Abstenerse empresas del IBEX, bancos comisionistas,
mangantes y alrededores).
Pensad que queda lo peor: la noche electoral, las declaraciones en tropel, el “hemos ganado” que lo pronunciará hasta Andrés Herzog.
Y nos queda el lunes: los análisis, contranálisis y conclusiones; y
semanas de negociaciones para formar gobierno, y Catalunya con el ojo
puesto aquí para ver qué pasa; y la llegada de Susana Díaz vestida de
superwoman con sus afiladísimos cuchillos japoneses. Mejor, no pensad en
nada. Siempre nos quedará la Navidad en familia.
Son siete canciones españolas, ahora que no me vigila Javier del
Pino. El objetivo es relajarse; perdón, cabrearse para votar mejor.
Las canciones: en La boca de Lobo
DdA, XII/3158
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