martes, 24 de noviembre de 2015

WHATSAPP HA INVENTADO UN NUEVO ESPACIO-TIEMPO

 

Alicia Población

"Han inventado un nuevo mundo para mantener entretenidos a los seres humanos". Cualquier película que fuera del palo de "1984", "V de vendetta" o "Un mundo feliz" podría empezar su trailer con una sentencia como la entrecomillada.
Hace algunos días charlaba con una amiga sobre el tema que tanto nos gusta tratar de los teléfonos y sus aplicaciones alienantes. De nuevo coincidíamos en lo útiles que son pero lo mal que se utilizan. Una vez le preguntaron a un psicólogo: si viniera un extraterrestre y le preguntara sobre el género humano, ¿qué le diría?, a lo que el psicólogo respondió, le diría que el género humano es aquel que teniendo en el bolsillo un dispositivo capaz de acceder a toda la información del mundo lo emplea para comunicarse con el que se sienta a su lado.

Un cuchillo sirve para cocinar, pero con él también puedes quitarle la vida a alguien. A veces la metáfora se me asemeja a lo que ocurre con el whatsapp, pero de una manera más moderna y futurista. Tal y como acordaba con mi amiga, el whatsapp es capaz de crear un nuevo espacio-tiempo.

Vayamos por partes. El tiempo. Si nos paramos a pensar, el tiempo real y el tiempo de whatsapp distan bastante de seguir los mismos parámetros. Whatsapp crea una esfera de tiempo paralela, ralentiza nuestro tiempo, por lo que crea urgencias. Urgencias que, primero, no son urgentes pero que, segundo, las hacemos, precisamente, muy urgentes.
Si mientras estás tomando café con alguien esa persona permanece callada cinco escasos segundos, podemos considerarlo casi un silencio incómodo, una pausa demasiado larga en la conversación. Sin embargo, cinco segundos en una conversación por whatsapp apenas se perciben. De hecho, si recibimos respuesta en este intervalo de tiempo consideramos que nuestro interlocutor es bastante rápido en sus contestaciones. Con la urgencia de recibir esa respuesta somos capaces de alargar una conversación días, e incluso semanas. El tiempo de whatsapp se dilata y se dilata creando esa adicción cerebral, inherente a los seres humanos, de obtener respuestas.

En cuanto al espacio pasa algo similar. Crea nuevos espacios porque nos hace creer que todas las personas están en el teléfono. Algo que, si nos ponemos a pensar un poco, nos parecería del todo absurdo, pero que al final acabamos pensando inconscientemente. Tenemos a nuestra disposición a todo aquel que queramos, prácticamente con teclear unos botones. Y eso, a la larga, acaba convirtiéndonos en seres solitarios que creen no estar, en absoluto, solos.

Nos dan un tiempo y un espacio particular de cada uno, dándonos la capacidad de prescindir de aquel que nos pone en común a todos. Pequeños mundos en los que mantenernos entretenidos, creyéndonos juntos, pero solos, y filmando nuestra propia película.
                                                                       
                                                             Plasmando Detalles  DdA, XII/3138

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