Es totalmente lógico que Pablo
Iglesias pida un debate a cuatro antes de las próximas elecciones. Así lo ha
hecho constar en una carta dirigida a los candidatos a la Presidencia del Gobierno del Partido Popular, Partido Socialista y Ciudadanos. Recurriendo al tuteo en su misiva, el
líder del partido morado desafía a Mariano Rajoy, Pedro Sánchez y Albert Rivera
a que fijen fecha, hora y lugar para un debate televisado, sin pactos previos
entre los equipos de campaña y abierto a cualquier pregunta que los candidatos
no puedan conocer de antemano. "Espero encontraros en la mesa de
debate", concluye Iglesias.
Esa carta no obtendrá respuesta
porque el presidente del Gobierno es un cobarde. Sí aceptaría la propuesta, en cambio, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, que ha llenado la sede del PSOE con su
imagen y el puño y la rosa otrora en declive, creyendo acaso que por cambiar de
fachada va a cambiar de trayectoria a un partido seriamente desprestigiado. España entera, sin embargo, está deseando
esa confrontación dialéctica porque el país quiere constatar en vivo y en directo
las diferencias que puede haber -si las hubiera- entre dos partidos viejos y
responsables de la España que tenemos y otros dos de muy corta historia, tan jóvenes
como sus líderes, que parten como teóricos sustitutos regeneradores de la vieja
política.
Tanto a Podemos como a Ciudadanos
les asiste a su favor estar limpios de la lacra de la corrupción, así como la
ventaja de poder hacer promesas sin el precedente de no haberlas cumplido o
incluso haber hecho todo lo contrario, tal como les ha ocurrido tanto al Partido
Popular como al PSOE. Dado que ambos partidos se han chamuscado en una y otra circunstancia, es de toda lógica también -aunque sea contraria
a criterios democráticos- que tanto Sánchez como Rajoy apetezcan la exclusión
de Iglesias y Rivera en ese debate.
No será posible porque el partido más afectado por el bipartidismo en decadencia sabe que el
resultado se decantaría en su contra y a favor de los partidos emergentes, que sí serán, sin embargo, en
atención a las expectativas mediáticas que generan, los que se inicien en esa lid el
próximo domingo en Salvados, con la seguridad de que batirán récords de
audiencia. Es seguro que la que obtendrán estos dos líderes sería muy superior a la que podrían general el don Mariano el plasmado y Sánchez Pérez-Castejón en un debate a dos, también impisible a mi juicio.
Tal como está de tocado Rajoy, no me lo imagino saliendo airoso de ningún debate. Perdería hasta el que pudiese dirimir consigo mismo, plasma mediante. En su partido creen lo mismo, desde el portero de la sede del PP hasta el presidente de honor.
Tal como está de tocado Rajoy, no me lo imagino saliendo airoso de ningún debate. Perdería hasta el que pudiese dirimir consigo mismo, plasma mediante. En su partido creen lo mismo, desde el portero de la sede del PP hasta el presidente de honor.
+@Como las ayudas a la dependencia han decrecido de modo manifiesto durante su gobierno -se han reducido a la mitad en cuatro años-, Mariano Rajoy ha decidido cargar al presupuesto de La Moncloa el cuidado de su padre. No es una broma, es una exclusiva informativa de Eldiario.es
DdA, XII/3104
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