Habrá quien -por morbo, curiosidad o perplejidad- quiera comprobarlo mediante el visionado del
correspondiente documento, que aporta hoy El Huffington Post, pero este
Lazarillo se siente incapaz de hacerlo, no porque las imágenes puedan herir sus
sensibilidad -sobre todo-, sino porque cada vez que tenemos noticia de una
acción de estas características, el efecto de su visualización me lleva a
cavilar en los derroteros que unos individuos de esta catadura pueden tomar si no se le administra el
correspondiente correctivo, tengan o no la edad legal. Leo: "PACMA
ha presentado esta mañana una denuncia en la Fiscalía de Menores contra el joven que mató a patadas a un
gatito de tres meses, junto con otros dos jóvenes que lo grabaron en
la localidad de Fuentes, Cuenca. El vídeo difundido en primer lugar por ellos
mismos en las redes sociales, muestra cómo uno de los chicos arroja al suelo al
animal, toma impulso y le propina una patada que lanza al gato a la altura de
un segundo piso, tras lo cual impacta fuertemente contra el suelo y fallece
entre convulsiones, mientras sus compañeros ríen y graban el suceso. En colaboración con el SEPRONA, el PACMA ha
identificado y denunciado a los menores por la presunta comisión de un delito
de maltrato animal, tipificado en el artículo 337 del Código Penal:
“El que por cualquier medio o
procedimiento maltrate injustificadamente a un animal doméstico o amansado,
causándole la muerte o lesiones que menoscaben gravemente su salud, será
castigado con la pena de tres meses a un año de prisión e inhabilitación
especial de uno a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio
que tenga relación con los animales”. Según informa el Partido Animalista en un
comunicado, está por confirmar la edad de los presuntos autores, pero se estima
que rondan los 15 años. En caso de que efectivamente sean mayores de 14 años,
la ley les considera plenamente responsables por la comisión de hechos
tipificados como delitos o faltas en el Código Penal. Quiero para esos jóvenes sujetos un duro correctivo, por supuesto, pero también me preocupan -y mucho- los factores psicosociológicos que no solo llevan a esos miserables a realizar tal tipo de acciones sirviéndose del mal y hasta tedioso ocio estival, sino a recrearse en las imágenes de su vesania mediante la correspondiente grabación.
DdA, XII/3033
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