Antonio Aramayona
“No puedo resistirlo”, me confesaba alguna vez
cuando llegaba, tarde, a la oficina. “Llega el viernes y no puedo
resistirlo, Antonio”.
F. me hizo comprender que
sencillamente era un ser humano como cualquier otro que se enamoraba
fácilmente de cualquier hombre que le mirara directamente a los ojos y
musitara con ternura promesas de amor y mentiras necesarias para
sobrevivir otra semana. Pero la Ley de Vagos y Maleantes incluía también
a los homosexuales: “A los homosexuales, rufianes y proxenetas, a los
mendigos profesionales y a los que vivan de la mendicidad ajena,
exploten menores de edad, enfermos mentales o lisiados, se les aplicarán
para que cumplan todas sucesivamente, las medidas siguientes: …”. F.
sufría mucho y su madre andaba siempre disgustada viendo las andanzas de
su hijo y comprobando semana tras semana que F. no se “curaba” a pesar
de sus rezos.
Con el paso de los años, le perdí la pista, pero un
amigo común me contó años después que F. había pasado por el penal de
Huelva, adonde iban algunos de los llamados homosexuales “activos” y
donde se aplicaban como “cura” “terapias de aversión”, que incluían
descargas eléctricas y lobotomías.
El domingo pasado
pensé mucho en F. Lo imaginé celebrando el Día del Orgullo Gay en una
espléndida carroza, orgulloso de sí mismo, con su corazón ya tan alegre
como tranquilo, al lado de su pareja, un hombre maduro como él que cada
día le regalaba cariño y apoyo. Lo imaginé también sintiendo como
hermanas y hermanos al colectivo de Lesbianas, Gais, Transexuales y
Bisexuales y recordándome con la misma sonrisa que F. me evoca mientras
escribo estas líneas. Estuve a punto de acercarme a la manifestación o
al vermut callejero del domingo para reclamar y festejar la igualdad en
la sociedad, pero una orden de alejamiento me impedía tomar parte de una
y de otro. Compréndelo, F., no pude acompañarte porque los
biempensantes de la cachiporra son así de trogloditas.
Colectivamente, se celebraba también ese domingo que el Tribunal
Supremo norteamericano había fallado por cinco votos a favor y cuatro en
contra que el matrimonio homosexual es un derecho nacional y
constitucional, por lo que las diferencias entre Estados a la hora de
reconocer el matrimonio de parejas del mismo sexo llegaba
definitivamente a su fin en Estados Unidos.
Jeb Bush
(hermano de George W. e hijo de George H. W. y actualmente candidato a
la Presidencia de Estados Unidos por el Partido Republicano) declaró:
“Guiado por mi fe, creo en el matrimonio tradicional (...) También creo
que debemos amar a nuestro prójimo y respetar a los demás". Por la misma
razón, faltó decirle que creía que los Denver Broncos ganarían este año
la Super Bowl y que en 1916 la marmota saldrá en día nublado y por
consiguiente el invierno terminará pronto.
Imagine no Religión, cantaba John Lennon.
Imagine there's no heaven / It's easy if you try / No hell below us /
Above us only sky / Imagine all the people living for today, imagino que esté cantando ahora F. con el mismísimo John Lennon.
ElDiario.es DdA, XII/3015
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