Con los maestros, y no con los políticos,
empieza el cambio de una sociedad. Lo malo es cuando los políticos se
disfrazan de profesores, o los profesores de políticos.
Jordi Évole
Será porque han llegado las vacaciones escolares, pero no me quito de
la cabeza a los maestros. Qué importantes son. Los buenos, claro. Como
en toda profesión, supongo que hay de todo. Ahí está el caso de Urdangarín,
que no fue invitado a la coronación por estar expulsado de la clase
real. ¿Por qué? No te extrañe que por culpa de la influencia de uno de
sus profesores. ¿Sabes quién fue uno de sus profes en la escuela de negocios ESADE? Ni más ni menos que Diego Torres,
su famoso socio, también imputado por el caso Nóos. Yo, en cambio, tuve
suerte con los maestros. Aprendí poco, aunque ellos me enseñaron mucho.
Por tanto, fue culpa mía. Por eso no acabo de entender por qué los
maestros tienen mala fama. Entre otras cosas, se les critica por hacer
tantas vacaciones. Pues he leído que en Finlandia el parón veraniego
dura dos meses. En el 2010, por ejemplo, las vacaciones empezaron el 4
de junio y acabaron el 2 de agosto. Y, ojo, que Finlandia tiene uno de
los mejores sistemas educativos del mundo, y no como España, donde es
posible que el PP indulte a Bárcenas para que dé clases de contabilidad.
Son
muy visibles las vacaciones de un maestro pero, en cambio, es invisible
su horario de trabajo. «El director de un colegio puede saber cuántas
horas está el profesor en el aula, pero no cuántas horas dedica en su
casa a preparar las clases», afirma Julio Carabaña, catedrático
de Sociología de la Educación. Pero eso no lo tenemos en cuenta cuando
criticamos a los maestros. Hemos llegado a la conclusión de que no pegan
golpe. Y ellos lo saben. Se sienten poco valorados. No lo digo yo, lo
dice una encuesta del sindicato ANPE a 10.000 docentes.
Pues, para mí, tienen mucho valor. Entre otros, Jaume Sastre,
profesor mallorquín que se ha tirado 40 días en huelga de hambre.
Quería que el Gobierno balear negociara con la comunidad educativa para
poner fin al conflicto del sector. No le han hecho ni caso. El Gobierno
hizo huelga de diálogo. Con los maestros, y no con los políticos,
empieza el cambio de una sociedad. Con esos maestros capaces de
inculcarnos valores y actitudes como el diálogo, el interés por saber,
la capacidad crítica y autocrítica... Lo malo es cuando los políticos se
disfrazan de profesores, o los profesores de políticos, y plantean a
los estudiantes interrogantes como este: «¿Cómo convencerías a un amigo
de que no vote a Podemos?». Sí, lo has leído bien. Esta es una pregunta
del examen a alumnos que optaban a los premios extraordinarios de
Bachillerato en Extremadura. Un sindicato ha considerado la pregunta
«improcedente, tendenciosa y reflejo de una sociedad enferma». Es que
los autores de la preguntita se han coronado, una prueba más de que, con
el nuevo Rey, empieza un tiempo nuevo. Muchas gracias, moltes gràcies, eskerrik asko y moitas grazas.
El Periódico DdA, XII/3013
No hay comentarios:
Publicar un comentario