Ana Cuevas
Hoy
no puedo evitar sentir una alegría sísmica que agita mi corazón
abotargado por una noche demasiado larga, demasiado oscura, que no
permitía resquicios para la esperanza. Todo está por hacer. Podemos.
Pero no podemos solos. Las urnas han hablado y las izquierdas han
logrado desbancar a esa derechaza turbia y absolutista que gobernaba
España como su cortijo.
Ahora
estamos obligados a entendernos porque así lo han querido los votantes.
A combinar las distintas sensibilidades de la izquierda para conformar
un frente plural que represente a este pueblo, tantas veces humillado, y
que le otorgue la voz y la palabra (al contrario de los que querían
imponernos la mordaza).
Al
final resultó que no somos un pueblo de bueyes que agacha la cabeza en
espera de otra lluvia de palos. También podemos ser leonas y sacar las
garras cuando sentimos amenazada la manada.
Madrid
y Barcelona están ganadas por el entusiasmo de la gente humilde que no
resigna al yugo y al bocado. En Aragón, Luisa Fernanda ya está haciendo
las maletas. Esperemos que no se deje la polilla que acumuló dentro del
armario, siempre cerrado a cal y canto, durante su mandato. ¡Que alguien
abra las ventanas del Pignatelli para que el sol inunde ese oscuro
antro! Para que un viento del pueblo barra toda la caspa que se amontona
en sus despachos. La Rudi se va. En realidad nunca estuvo. Gobernar
esta tierra fue un tedioso trámite en su carrera que ejecutó con la
distancia de quien siente aprensión por el populacho. La inmensa mayoría
de los aragoneses no la añoraremos. Y si alguien tuviera una punzada de
morriña que recuerde que Luisa Fernanda es responsable del nombramiento
del consejero de sanidad Ricardo Oliván. El azote (aunque podíamos
suprimir la a) de la sanidad pública aragonesa . O que recuerden
también que durante el gobierno de Rudi la educación en Aragón sufrió un
varapalo tras otro gracias a la gestión de Dolores Serrat. Otra
consejera que actuaba como un doble agente trabajando a favor de
intereses privados mientras representaba los públicos. Un clásico del
género pepero.
Me acusan
de no ser parcial en lo que escribo. No andan errados. Es verdad que mi
estilo pertenece al género panfletario. Pero hay dos motivos para
hacerlo:
El primero, que
ya existen demasiados coros que entonan un discurso moderado pese a la
indecencia y la falta de sensibilidad con que se ha gobernado a este
pueblo.
El segundo es que me sale de las tripas. Que la
necesidad de libertad y justicia mordisquea mis entrañas como una rata
voraz y he de darle salida.
Pero
hoy mi bestia interna ronronea como un tierno gatito. Aguirre pierde la
alcaldía de Madrid, Luisa Fernanda se retira a alguna remota torre de
marfil... hay días que hasta el más ateo puede creer que dios existe. O
al menos, algún tipo de justicia universal o poética que ponga a los
villanos en su sitio.
Ya
me disculparán los cenizos habituales mi alegría. Y para celebrarla,
aquí les dejó unos versos de mi poeta de cabecera. Dedicados desde lo
más profundo de mis tripas. Un pequeño homenaje a los que han sido
desahuciados por las urnas. Va por todos ustedes, sin rencores:
"Fuera, fuera, ladrones de naciones,
guardianes de la cúpula banquera,
cluecas del capital y sus doblones:
Fuera, fuera...
Jornaleros: España, loma a loma,
es de gañanes, pobres y braceros.
No permitáis que el rico se la coma, jornaleros"
(Miguel Hernández)
DdA, XII/3012
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