Vistos con perspectiva histórica los
desmanes y abusos de los capitostes de un país, es cuando mejor se aprecia el nivel de
salvajismo del poder y de los poderosos en una determinada época.
Jaime Richart
Aunque todo el mundo está al cabo de la calle de lo que viene sucediendo desde el principio del presente régimen, oficialmente España entera está bajo secreto de sumario. Pero dentro de medio siglo, por ejemplo, los historiadores lo habrán levantado como quien retira la lápida de una tumba donde estaban enterradas toneladas de basura. Y cuando tengan lugar las desclasificaciones a la americana de lo que ahora son secretos o evidencias a medias, y los historiadores eclécticos hurguen en la realidad pretérita en sus crónicas, nuestros descendientes podrán ver nítidamente lo que ahora está semivelado... Sobre todo lo que hicieron y dejaron de hacer los presidentes de la nación durante estos 37 años. Lo que sospechamos hoy, entonces tendrá marchamo de realidad histórica... Pues ahora todo el empeño por parte de políticos, periodistas y jueces está puesto en mantener un mínimo de decoro para que no nos estalle ante nuestros ojos el muladar que España es la más corrompida república artificial y bananera conocida. Entonces, dentro de medio siglo, sin necesidad de disimulos ni eufemismos podrá apreciarse la verdadera catadura de semejantes miserables.
Entonces,
superadas todas esas argucias leguleyas, todas esas tretas brindadas por el legislador
al delincuente de postín escondidas
en recursos garantistas, el historiador comprobará con un asombro que ahora es sobrecogimiento el alcance de las
maniobras urdidas por un ejército de
rufianes vestidos con los ropajes de la solemnidad, de la honradez y, lo que es
casi peor, del patriotismo. Maniobras durante dos
décadas insinuadas e iniciadas en períodos anteriores y culminadas por elmiserable manejode la mayoría absoluta por parte del poder central y de otras comunidades.
Más allá de la putada de endeudar además al país con un montante de la Deuda soberana que supera el
billón de euros y el 99 por ciento del PIB (que hipoteca
todavía más el futuro sombrío de las generaciones de hoy), ofrezco este modo de
ver las cosas no porque cuando vemos los crímenes del pasado nos parecen menos graves. Invito a verlo así
porque con perspectiva histórica los
desmanes y abusos de los capitostes de un país, es cuando mejor se aprecia el nivel de
salvajismo del poder y de los poderosos en una determinada época.
DdA, XII/3005
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