Lazarillo
No había leído hasta hoy, y desde que fue defenestrado como director de su criatura -el diario El Mundo-, una entrevista tan larga con Pedro J. Ramírez, de esas que podrían llamrase en profundidad si el redactor de El Confidencial Digital que la hace hubiera tocado uno de los puntos que a juicio de este Lazarillo devalúan la carrera profesional del periodista logroñés. Era de obligado cumplimiento que una interviú del carácter de la que hablo entrase en el asunto de la conspiranoia acerca de la autoría de los atentados del 11-M, pero no con la amable pregunta que ni siquiera alude al desafortundado y hasta bochornoso papel desempeñado por el diario El Mundo en el caso, sino con varias y muy puntulaes y concretas cuestiones acerca del mismo. Lo lógico ante tan afable tratamiento es que Ramírez responda tal como lo ha hecho, pues le quedan unos meses para sacar a la luz su nuevo periódico (El Español) y vale que en la entradilla se diga que Pedro J. es el hombre al que España le ha visto todo (por la inadmisible difusión del affaire con Exuperancia Rapu), pero de ahí a entrar en las vergüenzas profesionales más flagrantes de Ramirez hay un trecho que el entrevistador no estuvo dispuesto a cubrir:
"¿En sus 25 años al frente de El Mundo hubo algún patinazo serio que no debió cometer?
Durante
tantos años dirigiendo periódicos es inevitable que quede la sensación
de que tal día no estuvimos finos titulando, o no nos dimos cuenta de
aquel enfoque de una historia, o debíamos haber apostado más por esto, o
menos… No puedo decir nada en particular. Lo que sí puedo decir es que
no me arrepiento de nada, porque, si alguna vez cometimos errores, que
seguramente sí, fue desde la buena voluntad, desde la honestidad, desde
el convencimiento de que las cosas eran como nosotros decíamos. Jamás
publicamos algo que nosotros pensáramos que no fuera cierto".
DdA, XII/3011
1 comentario:
La memoria es una facultad en regresión. España es el mejor ejemplo.
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