martes, 9 de diciembre de 2014

FALTA DE RESPETO Y SENSIBILIDAD DEL GOBIERNO MEXICANO HACIA LAS VÍCTIMAS DE AYOTZINAPA

Lazarillo

Leo la crónica del primer estudiante identificado, entre los 43 que fueron asesinados y quemados en Ayotzinapa (México). Tenía 19 años cuando desapareció en Iguala junto a sus compañeros. Su padre es taxista con vehículo ajeno. El joven, huérfano de madre, vivía con sus tres hermanos y su padre en una casa de techo de lámina con piso de tierra en Tecoanapa. Se llamaba Alexander Mora Venancio y había dejado de la Universidad Autónoma de Guerrero porque quería hacerse maestro en la Normal de Ayotzinapa. Dice la cronista que su padre Ezequiel se quebró de dolor cuando le avisaron de que algunos restos recuperados del basurero de Cocula eran de su hijo. “Estaba destrozado, nos vio y nos abrazó con los ojos llenos de lágrimas, le dijimos que nos quedaríamos con él, pero nos dijo: ‘vayan a marchar, vayan, la lucha sigue, tiene que seguir’, estaba con la frente en alto, lleno de dolor, pero con la frente en alto”, dijo José Isabel García Mora, familiar de Alexander. Alexander, dijo José Isabel, formaba parte del equipo de fútbol de El Pericón, no bebía y era amable con sus vecinos en el pueblo. “Somos de rancho, ahí todos nos conocemos, Alexander, era un muchachito que si veía a un viejito, le hacía una reverencia, como es la tradición, de respeto hacia esa persona, así era él, muy educado, muy bueno, su único pecado fue ser pobre, muy humilde y querer ser maestro”, recordó. Uno de sus hermanos trabaja como jornalero en el corte de uva en un campo agrícola de Sonora. Cuando decidió dejar la universidad para ingresar a la normal de Ayotzinapa, su padre se opuso en un principio, dijo José. Sin embargo, el deseo de Alexander por ser normalista y el lograr superar los exámenes para su admisión, convenció a Ezequiel de permitir que el muchacho ingresara a la escuela. Ahí, en la normal Raúl Isidro Burgos, Alexander vivió los primeros meses del semestre en condiciones precarias, pues los alumnos de primer ingreso ocupan las habitaciones más deterioradas, con olor a humedad, donde las puertas se cierran con un candado y una cadena, porque no hay cerrojos y los agujeros en las paredes se cubren con trapos viejos o con pedazos de cartón. Dormía hacinado en las pequeñas habitaciones con otros jóvenes, se bañaba con agua helada, porque no hay calentadores. Como todos los de primer ingreso, Alexander sembró en agosto flor de cempasúchil morada, cilantro y rábano  para obtener una matricula. Sólo encontraron un hueso y una muela, restos que bastaron para ser el primero de las 43 víctimas en ser identificada".

Una noticia, publicada hoy en el diario La Jornada, critica la “falta de respeto y de sensibilidad” de todos los niveles de gobierno, pero especialmente de la Procuraduría General de la República (PGR), pues “no tuvieron ni la atención” para notificar la identificación de los restos de Alexander Mora Venancio a su padre, Ezequiel Mora, acaso -me permito añadir- por estar muy ocupados con la Cumbre Iberoamericana que se celebraba en Veracruz. "Los padres y familiares de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa advirtieron -sigo leyendo además en el citado periódico- que con la identificación de los restos óseos de Alexander Mora Venancio, el gobierno federal pretende “dar carpetazo” a las investigaciones, para no buscar con vida a los 42 estudiantes restantes. José Félix Rosas Rodríguez, vocero del Movimiento Popular de Tecoanapa-Ayotzinapa, señaló que mientras los familiares de los estudiantes desaparecidos no tengan evidencias claras y contundentes de su muerte, se exigirá su presentación con vida. En conferencia de prensa en la sección novena de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), en el Centro Histórico de la ciudad de México, Rosas Rodríguez señaló que los únicos peritos en quienes los familiares tienen confianza son el equipo argentino que les ha apoyado prácticamente desde el inicio de las desapariciones. “Las instituciones y funcionarios de los tres niveles de gobierno tienen toda nuestra desconfianza”, dijo. 

"Hoy los pueblos y no las élites gobiernan Suramérica", dijo Rafael Correa en la Cumbre de Veracruz. No reza con México.

DdA, XI/2866

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Se imaginan la que se armaría si esa masacre se hubiera producido donde no puede producirse: Venezuela, Bolivia, Uruguay...?

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