Fernando de Silva
Hace un año Podemos no existía, aunque se observaban algunos intentos por convertir el 15M en algo más que una protesta ciudadana. Es a mediados de enero cuando surge un movimiento que pretende convertir la indignación en cambio político, con el ambicioso propósito de acabar con el bipartidismo y "ganar" las elecciones generales. Había un gran material humano y muchas ideas para cambiar las cosas, y solo faltaba aglutinarlo y coordinarlo. Y así surgió Podemos como organización política, que contó ya desde el primer día con Pablo Iglesias, un líder carismático que se había dado a conocer en las tertulias televisivas, transmitiendo un mensaje de cambio profundo y revolución pacífica con un discurso con el que muchos ciudadanos coincidían, poniendo una frontera entre el futuro y un pasado que se identificaba como casta.
Hace un año Podemos no existía, aunque se observaban algunos intentos por convertir el 15M en algo más que una protesta ciudadana. Es a mediados de enero cuando surge un movimiento que pretende convertir la indignación en cambio político, con el ambicioso propósito de acabar con el bipartidismo y "ganar" las elecciones generales. Había un gran material humano y muchas ideas para cambiar las cosas, y solo faltaba aglutinarlo y coordinarlo. Y así surgió Podemos como organización política, que contó ya desde el primer día con Pablo Iglesias, un líder carismático que se había dado a conocer en las tertulias televisivas, transmitiendo un mensaje de cambio profundo y revolución pacífica con un discurso con el que muchos ciudadanos coincidían, poniendo una frontera entre el futuro y un pasado que se identificaba como casta.
Gracias
al exquisito manejo de las nuevas tecnologías, un grupo reducido de
personas jóvenes y bien preparadas consiguieron en menos de dos meses
formar una candidatura al Parlamento Europeo, elegida en listas abiertas
con una muy elevada participación ciudadana, realizando una campaña
electoral muy digna y participativa con muy pocos recursos. Cada día que
pasaba las simpatías hacia la nueva formación aumentaban, en medio de
descalificaciones y críticas feroces que no hacían más que aumentar sus
expectativas electorales. Un experto en elecciones cercano al Partido
Popular llegó a decir que no sabían cómo tratar a Podemos, ya que si no
se hablaba de ellos subían en las encuestas, y si se les desautorizaba
subían aún más.
Y
llegó la noche del 25 de mayo en la que Podemos se convirtió en la gran
sorpresa electoral, aunque para algunos no lo fue tanto, al conseguir
cinco eurodiputados y convertirse en la tercera fuerza política del
país. Pero más de uno ha dicho que si las elecciones europeas se
hubiesen repetido una semana después hubiese duplicado su resultado
electoral, ya que muchos ciudadanos no se atrevieron a convertir su
deseo en voto, pensando que resultaría inútil. Y esa noche Pablo
Iglesias demostró que su ambición política no tiene límites cuando, al
ser preguntado si se encontraba contento con el resultado, afirmó: "Seguirá
habiendo seis millones de parados, desahuciados, banqueros corruptos,
hospitales privatizados... Podemos no nació para ser testimonial. Vamos a
por todas. No nos conformamos".
Muchos,
y en especial los dirigentes de los dos grandes partidos, pensaron que
eran flor de un día y un enemigo fácil de batir con insultos, calumnias y
descalificaciones, pero los intentos por conseguirlo han fracasado
estrepitosamente, hasta el punto de que cuantos más graves son las
acusaciones vertidas contra Podemos y sus líderes, más aumenta en las
encuestas su intención de votarlo. El hartazgo ciudadano a los partidos
de la casta es tal, que produce el efecto contrario al deseado, ya que
han dejado de ser creíbles para la mayoría.
Las
últimas encuestas, que representan un estado de ánimo dificil de
modificar, auguran un cambio radical en el mapa político de nuestro
país, hasta el punto de que ya sitúan a Podemos como la primera fuerza
política en intención de voto, lo que ha obligado a Rajoy, en un intento
desesperado por mantenerse en el poder, a disparar con munición real en
su última intervención del año, dedicando una loa al bipartidismo,
anunciando que ellos o el caos. Pero intuyo que será inútil el esfuerzo
por recuperar credibilidad, máxime cuando en su intenvención no ha hecho
más que mentir y ofender a la mayoría de los españoles, contándonos una
situación económica que en nada se parece a la realidad.
Resulta
paradógico que puede ser Podemos quien neutralice las aspiraciones
independentistas, al situarse como primera fuerza política en intención
de voto en Cataluña en unas elecciones generales; y más sorprendente que
ocupe el segundo puesto en el País Vasco, pisando los talones al PNV,
convirtiendo a Bildu en la tercera fuerza política, con una notable
pérdida de apoyo. Pero todo esto no sucede por casualidad, sino que es
consecuencia de que la ciudadanía votaba con poca convicción al partido @
que consideraba más próximo, y ahora se siente ilusionada por una fuerza
que pretende cambiar las formas de hacer política, y priorizar los
intereses de los ciudadanos por encima de los que dictan los mercados y
los especuladores.
En
el año que comienza, Podemos a buen seguro se convertirá en una fuerza
política imparable, que puede colocarse en una buena posición en las
próximas elecciones municipales y autonómicas, y resultar hegemónica en
las generales que se celebrarán a finales del 2015, ante el desconcierto
de los partidos de la casta, que temen perder sus privilegios. ¿Dónde
está el secreto?: Podemos no es Pablo Iglesias, ni Monedero, ni Errejón,
es una conjunción de voluntades de una mayoría de los ciudadanos que
quieren participar en política para resolver sus propios problemas y
cambiar el futuro, caiga quien caiga. Y el que no se entere es que está
alejado de la realidad social de nuestro país, así de sencillo.
+@ Grecia: La democracia frente al miedo, artículo de Pablo Iglesias en El Mundo:
"En los próximos días veremos a los fondos de inversión agitar el miedo para tratar de influir en el voto
de los griegos y veremos a sus partidos, se llamen Nueva Democracia o
PP, PASOK o PSOE, repetir que hay que seguir haciendo lo mismo que nos
ha llevado al desastre. Sin embargo, hay momentos en la historia en los
que la democracia se impone sobre el miedo. Alexis sabe como nosotros que ganar las elecciones no es tomar el poder y que el margen de acción en el actual e ineludible marco de la Unión es pequeño. Sin embargo sabe también, como nosotros, que soplan vientos de cambio y que los pueblos del Sur del Europa y
sus fuerzas políticas soberanistas, están dispuestas a virar el rumbo y
avanzar hacia una Europa donde la justicia social y la soberanía
popular sean las bases de una democracia que sabrá imponerse sobre el miedo".
DdA, XI/2855
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