Félix Población
Una vez firmada y al parecer respetada una tregua de algunas horas entre Israel y Hamas, y una vez establecida el desigual balance de víctimas entre soldados israelíes y personal civil masacrado en Gaza, creo oportuno considerar con qué estado de ánimo habrá asistido el expresidente del Gobierno de España, José María Aznar, a las imágenes reiteradas de los niños palestinos asesinados como consecuencia de la acción militar israelí durante cuatro semanas de barbarie.
Desconozco si Aznar sigue pasando unos días de vacaciones en la localidad vallisoletana de Quintanilla de Onésimo, que por cierto no sé si mantiene en su topónimo el nombre del líder falangista, en contra de lo que estipula la Ley de Memoria Histórica. Dado que don José María fue el principal promotor de la organización Amigos de Israel en 2010, es muy probable que veranee donde veranee plácidamente el expresidente no se haya sentido afectado por las informaciones de Yolanda Álvarez en el telediario.
Según se pudo leer en su día, dicha organización tenía vocación internacional y
contaba por ello con el respaldo de personalidades como el premio Nobel
de la Paz norirlandés David Trimble —nombrado observador en la comisión
de investigación israelí sobre el reciente asalto a la «Flotilla de la
Paz»—, el ex embajador de Estados Unidos en la ONU John R. Bolton, el ex
presidente de Perú Alejandro Toledo, el filósofo y senador italiano
Marcello Pera, el teólogo estadounidense George Weigel y el ex ministro
español Carlos Bustelo, entre otros.
«Amigos de Israel» buscaba promover entre los líderes
políticos y los medios de comunicación de todo el mundo la convicción de
que Israel forma parte de Occidente y de que el respeto que merece como
nación es clave no sólo para los judíos, sino para toda la civilización
occidental, de raíz judeocristiana. La asociación se proponía, asimismo, contrarrestrar la crítica
antisemita y defender a Israel frente a sus principales amenazas, entre
las que destacan la carrera nuclear de Irán y el terrorismo islamista. «La paz en Oriente Próximo no es sólo una cuestión entre
israelíes y palestinos... La campaña contra Israel corroe al sistema
internacional desde dentro, comenzando por Naciones Unidas», se advertía por medio de «Friends for Israel», nombre de la organización en inglés.
Con sede en Madrid, este grupo lanzó el manifiesto
«Apoya a Israel, apoya a Occidente», que contaba en su inicio con más de mil
doscientas firmas. La iniciativa -se podía leer en la noticia- era la primera respuesta conjunta en
defensa de Israel que surgía tras el descrédito obtenido a raíz del
malogrado asalto a la flotilla «Mavi Marmara», en el que perdieron la vida nueve
activistas turcos el pasado 31 de mayo, tiroteados por la armada israelí.
Cabe esperar, por lo tanto, habida cuenta el mucho mayor descrédito acumulado con la nueva invasión de Gaza y su balance de casi dos mil civiles palestinos muertos, de los que más de 300 son niños y adolescentes, que una renovada y más intensa iniciativa de amistad con Israel prosperará con ocasión de esta masacre, no se sabe con el patronazgo de qué expresidentes o premios Nobel de la Paz.
DdA, XI/2.763
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