lunes, 30 de junio de 2014

LA BANDERA DE LOS POBRES Y LOS MUERTOS EN LAS CUNETAS

La bandera de los pobres 

Félix Población


Una vez más, Vergara acierta de pleno con su viñeta en torno a las declaraciones del papa Francisco, que cada vez que habla parece que va a la busca y captura de un titular con el que contribuir al cambio de imagen que su pontificado pretende. En esta España nuestra, donde se beatifica a los mártires de la cruzada por centenares gracias al patrocinio del Vaticano, miles de víctimas de esa cruzada -entre ellas muchos comunistas- siguen sin la dignidad de un enterramiento porque la santa madre iglesia de Roma mantiene un miserable silencio, cuando no una indiferencia vergonzosa, ante los crímenes del Estado al que apoyó de manera explícita. 

Por eso, santidad, debería eludir titulares como el que nos ocupa y atender a quienes desde esta  España nuestra representan lo mejor de su institución. Es el caso de la teóloga y monja benedictina Teresa Forcades, que de modo reiterado  ha pedido a la iglesia vaticana que pida perdón por ese respaldo al régimen que persiguió, encarceló y asesinó e miles de seres humanos que enarbolaban precisamente esa misma bandera a la que alude Francisco. 

Este apoyo de la iglesia a Franco no fue, según Forcades, "sólo genérico, sino que hay familiares que aún hoy buscan a personas desaparecidas durante el régimen y que mencionan a personas destacadas de la Iglesia como delatores que dieron listas de nombres. Ésa es una herida abierta, y ante esa colaboración con el franquismo de la Iglesia católica, aún hoy no hemos hecho una reevaluación crítica y no hemos pedido perdón por nuestra asociación con un régimen violento y antidemocrático que asesinó a centenares de miles de personas", ha sentenciado la benedictina.

No se queda en eso Forcades, sino que además tiene en cuenta las consecuencias de ese apoyo, que le reportó a la iglesia no solo los privilegios que tuvo entonces, sino los que todavía mantiene, casi cuarenta años después de la muerte del caudillo Francisco, al que prestó palio y preces. Para Teresa Forcades, la relación que aún hoy mantiene la Iglesia con el Estado "no es la ideal" ni para el Estado ni para la Iglesia, porque, ha dicho, "lo ideal es la separación Iglesia-Estado, eso es lo ideal para respetar el pluralismo democrático".

La monja, que en Cataluña impulsa el movimiento 'Procés Constituent' para configurar una candidatura política para las elecciones autonómicas de 2016, mantiene: "Siempre que la Iglesia se ha asociado con el poder, siempre ha ido en detrimento de su misión, que es el anuncio libre del evangelio".  

Déjese usted de titulares que ofenden, papa Bergoglio, y al grano, esto es, al evangelio y a su aplicación, de la que su iglesia renegó cuando llamó cruzada a una oleada de barbarie, cuyo más flagrante testimonio yace todavía en fosas y cunetas sin que de sus labios salga una sola frase de perdón.



                                     DdA, XI/2.742                                     

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