Jaime Poncela
Paseando anoche por Facebook encontré el comentario de un energúmeno
que, sin asomo de pudor, pedía la “electrificación” de las vallas de
Melilla para evitar que “los negros” sigan hiriendo a guardias civiles.
Uno es poco dado a polemizar con cabestros de esta especie, pero el
comentario me pareció tan grosero que opté por denunciarlo a Facebook,
además de bloquear de mi entorno al individuo apasionado por los métodos
de tortura nazis y la electrónica recreativa. Para mi sorpresa la
respuesta de Facebook fue aún más vergonzosa que el comentario del
supremacista blanco: “el comentario no vulnera las normas comunitarias
de FB”, y por tanto su autor no será obligado a retirarlo. La moralidad
norteamericana consiste en tachar tetas, culos y palabras feas, amén de
espiarnos a todos y seguir con especial atención a cualquiera que haga
“enaltecimiento” de ciertos modelos de terrorismo. Tienen suerte todos
aquellos que añoran la vuelta de los campos de concentración
franquistas, hitlerianos o de cualquier índole, ya que esa pornografía
ideológica y racista no ofende a los gestores de FB. Ya lo saben los
interesados.
DdA, X/2.692
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