Félix Población
Ayer hubo una interesante exposición de criterios en el Ateneo de Madrid, organizada por el diario Público. Movimientos y colectivos como Podemos, Partido X, Equo, Izquierda Unida, PSOE y Procès Constituent se sentaron ante una mesa, de cara a un aforo completo y expectante, para hablar de la posibilidad de formar un frente común con el que, según Esther Vivas, convertir la mayoría social en mayoría política. Estuvieron presentes en la convocatoria un miembro del comité federal del Partido Socialista y la secretaria de la Unión Internacional de las Juventudes Socialistas, Beatriz Talegón, que no pudo evitar un roce con el representante del Partido X.
Personalmente, pese a la buena voluntad que puedan tener estos dos militantes del PSOE, no entiendo su presencia en este acto, como no sea para atisbar de qué modo ese frente toma cuerpo y avanza -como sería deseable y posible- hacia una confluencia organizativa que haga efectiva una alternativa política similar a la de Syriza en Grecia, en cuyo caso el PSOE quedará como lo que está siendo. Para muchos ciudadanos, un partido en la oposición que no ha sido capaz de incrementar sus expectativas de voto en los dos últimos años, a pesar de la bajada de más de doce puntos del partido malgobernante, es un partido muy enfermo. En esas circunstancias, nada tiene que ver con un movimiento que pretende reconquistar la democracia e ilusionar a los ciudadanos, al tiempo que defenderlos de quienes, desde el gobierno de la nación, han contribuido a ejercer una política contraria a los intereses de la mayoría.
Cabe preguntarse si lo que se está gestando ahora en España es el equivalente a la coalición SYRIZA que tan brillantes resultados obtuvo en las elecciones generales de 2012, en torno al 27 por ciento, solo tres puntos por debajo del partido que hoy gobierna aquel país, y muy por encima del PASOK, el partido socialista griego, que apenas llegó al 13 por ciento. Tengo la sensación que por muy buena que sea la voluntad de la joven Beatriz Talegón y hasta la del propio Antonio Miguel Carmona, miembro del comité federal del PSOE, su presencia ayer en el Ateneo solo se podía entender como un intento desesperado de engancharse a una alternativa que sobrepasa muy mucho la estructura fosilizada de su partido, condenado acaso a repetir en España los malos resultados del PASOK en Gracia ante la irrupción de SYRIZA.
Escuchando a Iglesias, cuya capacidad intelectual, discernimiento político y carisma mediático para encabezar y estimular un movimiento similar a SYRIZA son incuestionables, hemos sabido que apuesta por ganar, como se propuso en su día la coalición griega de izquierda y poco faltó para que lo consiguiera. No se conforma Iglesias con un 15 o un 20 por ciento, pues se trata -en palabras de Vivas- de que la mayoría social, sufridora de lo que se nos ha venido encima -gracias al PP/PSOE-, se convierta en mayoría política.
La pregunta es si en esta ocasión, cuando una vez más es precisa la unión para evitar que nos coman o nos sigan devorando, esa necesidad de avanzar juntos que tanto nos urge le podrá a los vicios del sectarismo que ya han dado indicios de aflorar y que sin duda seguirán aflorando. Por decencia, podemos ser mayoría, afirma Iglesias, y estoy seguro de que sin ese convencimiento este país caminaría hacia su abatimiento moral y político, tal como camina el régimen caduco en que estamos enfangados.
DdA, X/2.615
No hay comentarios:
Publicar un comentario