Ana Cuevas
En la Convención Nacional del PP, María Dolores de Cospedal afirmó tajantemente : "Es el PP o la nada". Me
 quedé pensando. ¿Qué habrá querido decir? El PP se  resquebraja. Hace 
aguas (fecales casi siempre) y empieza a sufrir mutaciones que derivan 
en nuevos partidos de derechas como Vox. ¿Autofagitación? Lo cierto es 
que en esta nueva parada de los monstruos que fue la convención pepera, 
se notaba cierto resquemor caníbal entre sus antes prietas filas. 
Como 
supongo que la afirmación de Cospedal fue tan meditada como su 
entrañable discurso de la indemnización de Barcenas, voy a tener el 
atrevimiento de analizar , a mi manera, sus palabras. El PP o la Nada. 
Etimológicamente hablando, la nada (res nata) tiene un 
significado antagónico al que pretende darle la vicepresidenta. Quiere 
decir cosa nacida. Y con este dato, la existencialista afirmación de la 
Cospe toma nuevas e insospechadas dimensiones. Algunas decisiones del 
PP, como la reforma de la ley del aborto, cobran sentido. Para ellos, 
los nacidos, no son nada. Por eso mismo les importa un bledo lo que les 
suceda una vez que estén fuera de los úteros. 
Gallardón se reafirma pese
 al rechazo generalizado dentro y fuera de nuestras fronteras. Hay que 
arrojar carnaza a las facciones más duras y voraces antes de que se 
decanten por aventuras estrafalarias como la que lideran 
Vidal-Quadras y Ortega Lara. La Nada, como cosa recién nacida, también 
está tomando vida entre las posiciones progresistas. Una aventura en 
absoluto estrafalaria. Imprescindible para frenar esta caída libre a un 
mundo de tinieblas y desigualdades. 
Ahora que los derechones andan 
entretenidos esquivando bocados que desmiembran la antológica unidad 
pepera, nosotros Podemos. Podemos y debemos. La izquierda reflexiva 
tiene una cita ineludible con una sociedad que sufre y que merece una 
respuesta esperanzadora. Es más grande aquello que nos une que los 
pequeños matices que hipotéticamente nos separan. La movilización 
ciudadana está siendo ejemplar. Hay que proporcionar un instrumento 
político a su altura para articular esta enorme fuerza que, para nada, 
ha salido de la Nada.  ¿Res Nata?¡Podemos! 
DdA, X/2.612

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