Si se me
preguntara por los tres máximos valores del paisaje y la arquitectura en
Asturias, una vez subrayado el incontestable y espectacular panorama de su
litoral en muchos de sus puntos, me quedaría con dos entre los que más me han conmovido: el Bosque de Muniellos y
Santa Cristina de Lena.
Por el
primero siempre intercedo a los dioses de la lluvia, para que nos lo mantengan
húmedo y fresco, a fin de que cualquier fatídica incidencia flamígera no
ronde sus entrañas, como ocurrió hace años. A la perla prerrománica de Santa
Cristina de Lena, un tanto apartada de las rutas turísticas al uso, la tengo en
el devocionario de mis más inquietos afanes, pues sin ser creyente no dejo de
implorar porque ninguna panda de malnacidos se sirva de ese apartamiento rural
en que se ubica para acometer cualquier tropelía.
Pues bien,
el pasado 26 de septiembre, poco después de que visitara por enésima vez su recoleto y precioso
interior, Santa Cristina fue asaltada no se sabe con qué intenciones, pues el
resultado de la barbarie se limitó al robo de un cáliz, una patena, la
vinajera, una bandejita y el foco para iluminar el recinto, que sirve para dar
luz a su vez a la admiración de los visitantes.
No se
trataba, en efecto, de objetos de valor, porque el valor reside en el propio
edificio y el magnífico iconostasio del interior, pero tiene razón el párroco
de Villallana al advertir que esto podría dar lugar -ante la falta de vigilancia
que el percance denota- a próximas visitas indeseadas que pudieran dañar de
algún modo esta joya de piedra con más de once siglos de historia, patrimonio
no lo olvidemos de la Humanidad.
Es
deplorable en este sentido que, transcurrido un mes desde el robo, nadie se
haya desplazado hasta la pequeña iglesia, bien desde la Consejería de Cultura o
desde el Arzobispado, para interesarse por esa preocupante incidencia, ni para tomar
medidas de vigilancia que impidan hechos de ese tipo en el futuro. ¡Por Dios y
la Humanidad!
*Artículo publicado hoy también en el diario Astures.
DdA, X/2.525
No hay comentarios:
Publicar un comentario