España ha perdido la apuesta
de Europa. Después de la fiesta que ha durado veinte años, el balance
de la integración de este país en la Europa económica es desastroso: a
cambio de una orgía de gasto por parte de millones de ciudadanos
excesivamente confiados, y de despilfarro y saqueo practicdo
metódicamente por un puñado de miles de truhanes políticos y aprendices
de banquero, la vida material y moral de la población española ha caído
en picado.
Los fondos de cohesión, los
rescates a la banca y otras ayudas recibidas de Europa no han servido
más que para corromper y enriquecer a unos cuantos y para enriquecer y
corromper a muchos más aunque las pruebas, dada la habilidad proverbial
del rufianes español, no basten o no se consigan.Todo ello acompañado del
desmantelamieno de la investigación, de la industria y de la ganadería
decidido en buena medida por la propia Europa. A lo que ha seguido el
empobrecimiento de la educación y de la sanidad públicas, entregadas al
proxeneta privado del momento. Millones de personas se encuentran sin
oficio ni beneficio, sin subsidio y sin recursos, y muchas sin techo.
Estamos ante un panorama
desolador de un país que pasó sin solución de continuidad de la
autarquía franquista a la globalización de la economía europea y
occidental; que pasó de ser soberano a ser sierva, la mayoría de la
población, de la voluntad de los jerarcas nacionales y extranjeros.
La historia de este país se
escribe a trompicones. Fluctúa entre el despotismo, el dogmatismo y el
absolutismo de prácticamente todos los siglos, y brevísimos periodos de
oxigenación: la república de apenas un bienio o esta simulación de
democracia, rehén de intereses foráneos que lleva camino de sepultar al
grueso de la ciudadanía española en la más absoluta miseria.
El desafío consiste ahora en
arreglárnoslas para recuperar la plena soberanía. Pero antes, hallar la
fórmula para expulsar la monarquía y a todos los políticos -buenos y
malos- de las instituciones, y organizar luego al país de otra manera.
Islandia lo ha conseguido.
DdA, X/2.467
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