domingo, 28 de julio de 2013

TRAGEDIA DEL ALVIA DE SANTIAGO: CRÓNICA DE LUTO E INDIGNACIÓN

 Jaime Richart

El pueblo español está, siempre, a la altura de sí mismo. Quienes no están a la altura del pueblo ni de lo que un pueblo espera de ellos, nunca, son sus dirigentes.La primera y estruendosa prueba, tan estruendosa como la explosión escuchada en el momento del descarrilamiento, es que un tramo de vía de unos ochenta kilómetros, de Orense a Santiago, por donde circulan a diario varios trenes de alta velocidad, no exista un sistema de frenado automático técnicamente denominado RTMS. 

No sólo la presunta negligencia del maquinista es el riesgo que conlleva la omisión de este sistema; el desvanecimiento, el desmayo o la enajenación del conductor son circunstancias a tener en cuenta a la hora de diseñar un sístema de seguridad de garantía para todos los viajeros, máxime  en un tramo donde existe una curva  tan pronunciada a cuatro kilómetros de la ciudad. Sin embargo los dirigentes políticos que promovieron y autorizaron la construcción y el presupuesto previsto a tal fin, para no incrementar el gasto mantuvieron y mantienen el carácter de vía convencional dicho tramo.  

Mientras tanto los miles de millones en todos los rincones del país, incluido el fantasmal y desaprovechado y faraónico Centro biblioteca levantado en la propia ciudad de Santiago allá por los años 80, años en que empezaba a gestarse la burbuja, corrían como ríos que de algún modo ahora están teñidos de la sangre de casi un centenar de cadáveres, como si de un campo de batalla se tratase. Los dirigentes, una vez más, lo mismo que en las otras desgraciadas decisiones que entonces no fueron las de un maquinista de tren ni las de un capitán del barco siniestrado, el Prestige, sino la de un incompetente ingeniero al frente de un ministerio son el espíritu mismo de la insensatez, de la ruindad y de la necedad superlativas. 

Toda la historia de este país está impregnada y sobrecogida por estas tres irracionales atributos de los individuos que rigen históricamente su destino. Los únicos "méritos" de estos son su frecuente invocación del alto espíritu del pueblo español y de los inigualables rasgos -ellos dicen- de solidaridad de que da muestras en todas las circunstancias trágicas o dramáticas, y que a ellos parece redimibles siempre como miembros comunes de la colectividad. 

En definitiva, si el largo tramo que precede a la curva fatídica a cuatro kilómetros de Santiago estuviera dotado del sistema RTMS de frenado automático en lugar del previsto para la circulación de trenes convencionales, ahora no se estarían llevando las manos a la cabeza los centenares de familiares de los fallecidos, ahora este país no sería la vergūenza que Europa, y el mundo entero no maldeciría la mezquindad y miserable condición de los rectores de la sociedad española, tanto los presentes como los pasados. Proceder así es como sí Estados Unidos abandonara los botones que accionan los centenares de misiles con cabeza nuclear, a una sola persona aunque sea el presidente.

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3 comentarios:

ANLEO dijo...

Lo de toda la culpa para el maquinista no cuela. Solo hace falta recordar la tragedia del metro de Valencia. Si aquello paso y no se aclaró, lo del alvia puede ser más de lo mismo.

Anónimo dijo...

Lo que me extraña un tanto, no soy técnico, es la manera de descarrilar, como si los vagones fuesen uno solo y como si la vía se hubiese "convertido en una rampa" , como si se hubiese hundido, vamos. Es como su ahí algo hubiese fallado, el suelo o bien (dícen que es un tren con sistema de ejes adaptable a los distintos anchos de vía del recorrido ) los ejes del vagón que sigue a la máquina y además pudiera ser que alguno más. Todo son conjeturas y ansia por saber la verdad. Tampoco hay explicaciones acerca de "lo extraño de algunos movimientos en la parte izda del vídeo" como unos fogonazos que caen al suelo (¿pudieran ser cables o chispas de algún cortocruito ?) a la altura del muro y tras un poste mientras el tren llega. Tanbién hay quien quisiera saber qué objeto es ese que se ve en la vía enfrente de los arbustos, que por cierto en las imágenes son de un tono distinto al resto de los arbustos (y es que lejos de aclarar... ), si es falta de definición por lo que no se sabe si es un poste o algo sobre el mísmo rail (visto de frente al de la dcha.) . Antes de pensar en causas tremendistas, el análisis concienzudo de cuanto se nos pesenta en la imágen, pudiera desvelar deficiencias en la instalación, o deterioro por lluvia ...

Anónimo dijo...

Bueno, hoy ya a 30 del 7 ... Alguien debe de decir que es muy posible, y más que posible, que "el maquinista" parece que es un buen profesional y un buen ser humano; de hecho, en éste país no abundan los ejemplos de quien admite su "culpa" en culaquier campo, la culpa siempre es de otro, o de esto o aquello. Lo nauseabundo y vomitivo es lo de algún patriotero de algún canal de televisión, que claro: "compadece al maquinista" sólo despues de haberlo crucificado y haberse autoproclamado defensor de la "marca españa" (aquí España con minúscula siempre)y además de manera demagoga y retorcida, culpa de falta de respeto a las víctimas a quien cuestione sus verdadesw absolutas como campeón de la referida marca. No falta ahora quien diga que las medidas de seguridad no fallaron, claro: si no exitían o no estaban en funcionamiento, ¿cómo van a fallar?. No olvidemos que "el maquinista" además de ser una víctima más, por mucho que pudiera incriminarle, es Español. Pero está claro que para algunos, los de siempre, algunas marcas españa están por encima de los Españoles. La marca españa bien puede ser algo positivo, pero esto sólo con escrúpulos más propios de una sociedad democrática en progreso, y nunca con el desprecio con el que se les paga a los de siempre: los Españoles.

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