Félix Población
Harry Natowitz es un
sobreviviente del holocausto nazi, nacido en Dresde (Alemania) en 1928. Después
de la llamada Noche de los cristales rotos, en noviembre de 1938,
fue enviado con un transporte de niños a Amberes, Bélgica, donde conoció a su
primo Isidor Springer, que luchó en las Brigadas Internacionales contra Franco
y donde también podría haber coincidido con alguno de los 5.000 Niños de la Guerra de España evacuados
desde los puertos del norte del país ante el avance de las tropas franquistas.
Tras regresar a Dresde en octubre de 1939, Harry Natowitz tuvo que exiliarse
con sus padres a América del Sur. En Argentina conoció a muchos exiliados
españoles que le explicaron lo que había supuesto para ellos la Guerra Civil y la
victoria de Franco en España.
El año pasado, Natowitz quiso
vivir la experiencia de acompañar al equipo de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica
(ARMH) en la entrega de los restos de nueve vecinos de Chillón (Ciudad Real)
fusilados por la dictadura, que pudieron recibir, por fin, el homenaje que se
merecían, tanto por parte de sus familiares como también de las autoridades y
vecinos de la localidad manchega. Eso supuso para Harry Natowitz
"cerrar un círculo" y homenajear asimismo, en cierta manera, a sus
más de veinte familiares asesinados en los campos de concentración y exterminio
nazis.
Movido
posiblemente por esa vivencia, y tras conocer el veto del Parlamento Europeo a
la exposición Exhumando Fosas, Recuperando Dignidades que se iba
a celebrar en Bruselas el pasado mes de mayo, Harry Natowitz ha escrito y
remitido una elocuente carta al presidente de la mencionada institución, Martin
Schulz, pidiendo que esa fosas se exhumen y esas dignidades se recuperen.
Es de recordar que en julio de
2006, cuando en el Parlamento Europeo se condenó el franquismo -con las únicas
excepciones del Partido Popular y la extrema derecha-, Martin Shultz,
presidente entonces del Grupo Socialista, condenó «el desprecio por la
persona», la «quiebra de las instituciones democráticas» y «la violencia» del
franquismo, al que comparó con «el yugo de Hitler» en Alemania. «La Guerra Civil no fue
sólo española, tuvo a España como escenario y a los españoles como rehenes de
un ensayo que iba a ser mayor», según Schulz, que también dijo: «Setenta años
después podemos decir que ha ganado la libertad y ha perdido Franco».
A esas palabras habría que añadir ahora, interpretando
literalmente el texo de la carta de Natowitz, que mientras al menos 113.000
españoles sigan enterrados en las cunetas y fosas sin nombre del país, ese
triunfo de la libertad y esa derrota del franquismo de los que habló Shultz
están por ver, pues la verdad, justicia y reparación debidas a esas víctimas de
la dictadura franquista están por cumplir. Todas ellas forman parte de la historia democrática de Europa. ¿Cómo es posible que este
escandaloso problema -se pregunta finalmente Harry Natowitz al término
de un breve post scriptum- no puede discutirse en un Parlamento Europeo
democrático? ¿Por qué?.
*Artículo publicado hoy también en Público.es
Foto: Natowitz, en la localidad manchega de Chillón el año pasado, contempla las fotografías de los nueve lugareños fusilados por las tropas franquistas.
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DdA, X/2.410
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