Tal parece que, al conjuro de sus
bodas de plata, la Fundación Libertad
pretendiera combatir la memoria del fallecido presidente Chávez, convocando estos
días en la localidad argentina de Rosario a toda su plana mayor con objeto de
sentar las bases para aglutinar a una gran derecha latinoamericana que haga
frente a los gobiernos socialistas establecidos en el subcontinente.
La cita lleva por titular anodino el de América Latina: desafíos y oportunidades, y cuenta, como imaginará el lector, con la presencia de dos plumas de probado carisma en este tipo de convocatorias: la del potentado y excelente escritor Mario Vargas Llosa y la de la bloguera cubana Yoani Sánchez, que camino va de igualar a Vargas en dólares gracias a la libertad de expresión de la que goza en su país, alternada ahora con una gira subvencionada por el mundo.
Como no podía ser de otro modo en
un partido que desde el Gobierno de España colaboró en el golpe de Estado
cometido contra el gobierno bolivariano de Hugo Chávez en 2002, el Partido
Popular ha enviado a Rosario una delegación de mucho fuste neoliberal y rancia
solera conservadora, encabezada por quien fuera presidente de aquel gobierno
que trató de desalojar al de Chávez, José María Aznar. Le acompañan la
expresidenta de la Comunidad
de Madrid, exlideresa Aguirre, el vicesecretario de organización del Partido
Popular, Carlos Floriano el de las pájaras con Bárcenas, y Jaime Mayor Oreja, vicepresidente del Partido
Popular europeo.
La intención del cuarteto y demás convocados no es
otra que la dar proyección a la luminosa idea de Dolores de Cospedal de hacer frente al populismo -que ahora
podría liderar el presidente de Ecuador Rafael Correa-, mediante el asentamiento
en América Latina de un sólido Partido Popular que uniese a toda la derecha
latinoamericana, a semejanza del que en Europa vicepresidente don Jaime.
Si se tiene en cuenta que el partido de este señor se negó a condenar el franquismo en Bruselas y que el propio eurodiputado español calificó de plácido ese periodo, podremos deducir la catadura de la delegación española acogida bajo el señuelo de Fundación Libertad. Aunque para quienes viven en América Latina y forman parte de la mayoría de la población que durante casi dos siglos ha venido soportado gobiernos de derecha, les sobra con su experiencia vital para rechazarlos, pues mucha ha sido la marginación y explotación que han supuesto históricamente para las clases populares.
Revestir ahora con la palabra
libertad el largo historial de crímenes que en América Latina se cometieron en su nombre,
mientras la gobernaban dictadores sanguinarios que como Pinochet confraternizaban con el
nuestro, va a ser una empresa más que ardua ante la nueva trayectoria que la
ciudadanía ha elegido, libre y democráticamente, en países como Uruguay,
Bolivia, Brasil, Venezuela o Ecuador. A menos que esa derecha recurra otra vez a esa
solución tan familiar para sus adalides como ha sido el golpe de Estado -como se hizo en Chile o en Honduras y se intentó en Venezuela-, la tendencia en esos países es la que es y está dando nueva vida a su futuro.
+@Thatcher y el PP de Aznar y Esperanza Aguirre
+@Thatcher y el PP de Aznar y Esperanza Aguirre
DdA, IX/2354
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