Antonio Aramayona
El pasado 6 de febrero, el general de división en la reserva Juan Antonio Chicharro justificaba una posible intervención militar en Catalunya a causa de los movimientos secesionistas institucionalmente existentes sobre la base de que "la patria es anterior y más importante que la democracia, y el patriotismo es un sentimiento y la Constitución no es más que una ley”. Y no le pasó nada. Más aún, contó con los guiños amistosos de los medios de comunicación más afines a la derechona hispanovisigótica.
El 4 de marzo pasado, el
fiscal superior de Cataluña, Martín Rodríguez Sol, declaraba en una entrevista
de Europa Press que ve legítimo que Cataluña aspire a consultar a sus
ciudadanos sobre su futuro político y su derecho a decidir, si bien admite que
de momento no existe un marco legal que permite un referéndum sobre la
independencia. A renglón seguido, el fiscal general del Estado, Eduardo
Torres-Dulce, iniciaba los trámites para destituir a Rodríguez Sol.
Una
vez más, surge ante nuestros ojos una doble vara de medir. La justicia, lejos
de tener los ojos vendados y sostener una balanza equilibrada, o bien se echa
una siestecita o bien se pone unas gafas, facilitadas por cualquiera de los
tres poderes del Estado, para ver la realidad en 3D. Si esto es democracia, por
el mar corren las libres y por el monte, las sardinas.
DdA, IX/2324
No hay comentarios:
Publicar un comentario