Corre por la red un video de youtube en el
que Sheldon Adelson (el promotor de Eurovegas) aparece siendo
entrevistado. La conversación se desarrolla en inglés y está subtitulada
en castellano. En los subtitulos, que no corresponden a la
traducción real, el autor ha hecho un espléndido ejercicio de alquimia.
Ha pasado de las palabras del vendedor de humo para interpretar
directamente sus pensamientos. Los subtitulos de míster Adelson
describen lo que piensa, no lo que habla. Cosas que jamás se atrevería a
decir en público. Estos subtitulos nos cuentan una verdad (o una
versión libre muy certera) que escuece un poco.
El subtitulador de
Adelson explica los motivos de la elección de España para levantar
Eurovegas. Los españoles no salimos bien parados. Pero de ahí viene el
escozor: a la hora de reconocernos en esa caricatura que dibuja una
España analfabeta y sin agallas. Con una clase obrera desclasada y
pusilánime. Capaces de tragarnos cualquier cosa, hasta el capitalismo.
Sería bonito que cada vez que uno de estos trileros intentara dárnosla
con queso le nacieran en la barriga unos subtitulos delatando sus
verdaderas intenciones. No puedo imaginar el lío que sería subtitular,
por ejemplo, la rocambolesca explicación del despido en diferido de
Barcenas.
Pero es que, después de escuchar y ver a la Cospe en su todo
su manifiesto esplendor, ¿hay alguien que aún necesita subtitulos para
saber que mentía? ¿Necesitábamos que subtitularan a Rajoy para saber que
mentía cuando dijo que la dación en pago no era posible? ¿O a Fátima
Báñez con eso de que la desaceleración en la pérdida del empleo era un
dato positivo avalado por la virgen del rocío? ¿Es que somos idiotas?
Porque si necesitamos subtitulos para entender obviedades como éstas,
estamos apañados. Y eso parece. Puesto que un tipo como Adelson, digno
representante del capitalismo más salvaje y bucanero, ha elegido nuestro
país para sus trapicheos y las autoridades ponen alfombra roja a sus
deseos. Se cambian las leyes, le prometen exenciones fiscales, le
regalan directamente el suelo... A cambio mister Sheldon podrá explotar
laboralmente a nuestros compatriotas en su paraíso al márgen de las
normas laborales y los molestos sindicatos.
Si todavía no lo tenemos claro con la evidencia que rezuma ante nuestras propias narices, necesitaremos otro tipo de subtitulos: Subtitulos interactivos. Para los más duritos. Esos que prefieren tragarse cualquier cosa para no tener que enfrentarse a su mentirosa vida de verdades. Una colleja virtual y dolorosa sería más eficaz que los subtitulos. Igual espabilaban.
DdA, IX/2335
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