Estamos en España, tierra donde la coherencia y el pudor son virtudes
exóticas entre la casta política. Durán Lleida no dimite. Pide perdón
por la pillada del caso Pallerols para luego venirse arriba declarando
que no piensa ser cornudo y pagar la bebida. ¿Coherencia? Puede que por
la boca muera el pez, pero un político carpetovetónico nunca se
convierte en víctima de sus afirmaciones. Llegado el momento, las puede
cambiar o retorcer a conveniencia sin el menor recato. "Estos son mis
principios, si no les gustan, tengo otros", esgrimen nuestros
grouchianos mandatarios. No importa la denominación de origen. La seña
de identidad común a todos nuestros pueblos acaba siendo la inmoralidad
de sus líderes políticos. Ellos sí que nos hermanan y logran, más allá
de cualquier nacionalismo, convertirnos en una unidad de destino en lo
demencial.
Así que, donde dije dimisión, digo que ¡un cuerno! y no pasa res de res. ¡Visca Cataluña y todos los territorios que componen esta esperpéntica patria!, ¡Visca España! Y si con la incongruencia no nos basta, también podemos presumir de la insensibilidad macarra y despectiva que se gastan algunos de estos pollos/as. Desear a los desempleados que los jodan, como hizo la delicada Andreita Fabra, les sabe a poco.
Ahora un consejero riojano pone el dedo en la supurosa
llaga de los parados para reprocharles que, una tarjeta que no les
cuesta nada (la del INEM), les reporta muchos beneficios.¡Serán
jetas! Tienen descuentos en peluquerías, cines o museos. Los muy frescos
se aprovechan de un documento que se les proporciona gratuitamente para
llevar una vida de desenfreno y despiporre. Eso iba pensando Ruben Gil,
del partido riojano, mientras el coche oficial le conducía hasta la
puerta de su casa. Mientras percibe sus jugosas dietas o se pone las
botas en los eventos oficiales, al consejero riojano solo le indignan
las prebendas que gozan los parados. ¡Esos chupócteros! Lástima que su
argumento se quede cojo por la premisa de que, si estás en el paro y sin
un euro, de poco sirve un descuento para la entrada del Prado.
Decididamente, lo que es un chollazo indiscutible es hacer política en España. No se necesita capacitación y tampoco se les exige que sean consecuentes. Viven en sus torres de marfil, ajenos a la desventura que administran, descojonándose de todos los santos inocentes que les votan. Haciendo malabarismos con una moral de quita y pon. Según marcan las exigencias del guión que toca interpretar a cada rato, para perpetuar los únicos privilegios que de verdad les importan: Los suyos propios.
DdA, IX/2.274
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