Las cifras del paro nos golpean otra vez en la boca del estómago. Una
estadística homicida que crece exponencialmente dibujando un país
poblado de fantasmas. Si no tienes trabajo, no tienes vida. Es así de
fácil. Tu devenir cotidiano se transforma en un grito mudo que nadie
quiere escuchar. Y menos los oligarcas, que no están para psicofonías
proletarias. Robar, desguazar y repartir los bienes del Estado les quita
mucho tiempo. Y la energía que les queda la aprovechan en abortar
decretos cancerígenos y desarrollar estrategias para reprimir a las
indignadas masas mendicantes. El espectral ejército de desempleados no
les parece una amenaza desde su atalaya. Se mueven como peces en las
aguas del capitalismo más salvaje e insensible. Sintiéndose seguros,
tras los cristales blindados de su desvergüenza, observan como engorda
la bestial bolsa de esclavos y excluidos. Un sueño para los de su
calaña.
Pero como en casi todo, también España es diferente en el arte neocon. Nuestros ultraconservadores patrios tienen matices muy particulares. Un aroma rancio de botafumeiro que les pone místicos y evangelizadores. La educación para la ciudadanía les sobraba a los obispos. Pues requiem cantim pace. Además, las nociones sobre igualdad y justicia social que se desprendían de su enseñanza no se ajustan a la realidad que reservan a nuestros jóvenes. Por eso vuelve triunfante la asignatura de religión. En este tenebroso escenario encaja mejor la superstición sobrenatural y el temor de dios.
¡Resignación hermanos!.
Habéis venido a sufrir a este valle de lágrimas. ¿Qué oigo? ¿Que con los
impuestos que se lleva la Iglesia se podrían seguir dando ayudas a los
discapacitados y otros molestos menesterosos? ¡Cuánto ateo rojillo queda
todavía! Aunque eso también se va a acabar con la ofensiva
españolizadora (hablamos obviamente de la España negra) del gobierno.
Un golpe de peineta y cierra España que esparce caspa represora sobre
los pueblos de estas tierras.
Entre unas y otras cosas parece que estamos tocando fondo en todos los aspectos. No es difícil cuando te atan una piedra al cuello antes de arrojarte por un acantilado. Acojonada, cautiva y convenientemente evangelizada, la clase trabajadora será más maleable a sus bucaneros propósitos. Pero no conviene subestimar el orgullo residual de los parias. La sobrecarga de humillaciones puede activar respuestas hasta entre una legión zombi. Los desarrapados muertos de hambre de la revolución francesa y su guillotina móvil son un buen ejemplo. Cuando al poder se le va tanto la mano exprimiendo y oprimiendo al pueblo... algunas veces se lían estos "cristos". Yo que ellos, iría tomando nota.
PUNTOS DE PÁGINA
Le ha tocado a Díaz-Ferrán
ser el chivo expiatorio
y es patente tu jolgorio
de esforzado ganapán
por el trullo del caimán
que fue el boss de los caimanes,
mas sientes que mil rufianes
se quedarán sin castigo
y quedarán al abrigo
de jueces y de guardianes.
Spinela | @laespinela
ser el chivo expiatorio
y es patente tu jolgorio
de esforzado ganapán
por el trullo del caimán
que fue el boss de los caimanes,
mas sientes que mil rufianes
se quedarán sin castigo
y quedarán al abrigo
de jueces y de guardianes.
Spinela | @laespinela
DdA, IX/2.245
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