Así dibujó Castelao a España desde su exilio neoyorkino, en el año
1938. Así imaginaba él la victoria del fascismo, llena de cráneos sin
rostro y flautas de hueso. Y cuánta razón tenía en adivinar esta España
edificada sobre los cimientos de la codicia infinita, construida sobre
los mayores crímenes cometidos en nuestra historia. Y ahora, los
arquitectos de la impunidad quieren devolvernos a otro tiempo,quieren
edificar su viejo régimen, educarnos a su medida, volver al médico
cacique, al alcalde cacique, al desprecio por el respeto a lo público, a
la mentira infinita, al derecho disfrazado de favor del señorito. Así sería España y así es sentada sobre miles de cadáveres sin nombre de
los hombres y mujeres que sin gritar patriotismo amaban lo hermoso de
la humanidad y quisieron convertir la hermosura en un derecho universal.
Este país está cada día más feo, más rancio, cubierto por un moho
intelectual del que se alimenta la ignorancia que quieren universalizar
los poderosos. No dejemos de soñar, no dejemos de reivindicar que las
mejores cosas que han hecho los seres humanos deben ser un derecho de
todos y todas, no dejemos morir los sueños que son la chispa con la que
siempre podremos encender el fuego de la dignidad.
@Españoles, el Estado de Derecho ha muerto
@Españoles, el Estado de Derecho ha muerto
DdA, IX/2.244
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