Ana Cuevas
Ya lo decía Andreíta (Fabra) escupiendo su desprecio hacia las clases
más desfavorecidas: ¡Que se jodan! Los parados, los desahuciados, esos
molestos suicidas que intentan sensibilizar a la banca y al gobierno,
los que no tienen un plato de comida para alimentar a sus hijos...¡Que
se jodan todos! En el nuevo orden no hay lugar para la compasión ni la
justicia.
La moratoria que ha pergeñado el gobierno sobre los desahucios
es otra bofetada clasista. Un nuevo escarnio que añadir a la larga
lista de agresiones que reciben los más débiles desde la cúpula del
poder político de esta charada de democracia. No habrá dación en pago,
que no se pongan histéricos los bancos. La medida es un mero maquillaje
que prolonga la agonía durante dos años. No tendrá carácter retroactivo y
las condiciones para acceder a esta prebenda requieren que las familias
estén sumidas en la miseria absoluta.
No arregla nada. Es una respuesta
caústica y descarnada que solo pretende sofocar la indignación social.
Nos estamos poniendo pesaditos con nuestras plataformas solidarias
basadas en principios humanitarios. Y encima están esas personas que
deciden autoinmolarse atribuyendo su muerte al autismo moral de nuestros
mandatarios. Había que hacer algo que calmara los ánimos del populacho y
no comprometiera los intereses de la banca. Sobre todo porque los
partidos políticos son rehenes de sus deudas y pueden ser desahuciados
de sus flamantes escaños.
Al final el que manda es don dinero, nos sigue
quedando claro. Lo que no queda tan claro es que se haya apaciguado la
rabia de la ciudadanía. Por el contrario, interpretamos esta respuesta
con la misma contundencia que las desafortunadas palabras que soltó
Andreíta. Ya nos estamos hartando de tanta provocación chulesca. No
pensamos permitir que se nos sigan fornicando los que fueron elegidos
para preservar los derechos y libertades de este pueblo.
Puestos a
escoger, lo que queremos algunos es que se jodan ellos. Y vamos a poner
todo nuestro empeño en que así sea. En reventar el chiringuito que
regentan gracias a sus chanchullos, mentiras y deslealtades. En
desalojar de sus cargos (preferiblemente a rastras) a estos proxenetas
de los valores democráticos. En hacer lo imposible para que, al final, quienes acabéis jodidos seáis tú y los tuyos. Andreíta, guapa.
+@DESAHUCIOS: EL DECRETO-MENTIRA QUE TIPIFICA, AÚN MÁS, NUESTRA MISERIA
+@DESAHUCIOS: EL DECRETO-MENTIRA QUE TIPIFICA, AÚN MÁS, NUESTRA MISERIA
DdA, IX/2.231
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