Lazarillo
Este Lazarillo recuerda con afecto al profesor Agustín García Calvo en la fecha amarga de su muerte, esta mañana en su ciudad natal, Zamora, desde la que viajó a Madrid algunas veces en tren en compañía del filósofo y poeta. Agustín dejó escrito uno de los más hondos y brillantes poemas de amor de la Literatura Española: Libre te quiero. Precisamente, hace tan solo unas fechas, el director de cine Basilio Martín Patino presentó en el SEMINCI de Valladolid un documental con el título del poema que cantara de modo magistral Amancio Prada. El documental trata sobre el 15M, un movimiento con el que el profesor sintonizó desde el primer momento, y no podía tener mejor nombre que ese primer verso.Viva queda en la profundidad y belleza de este magnífico poema la memoria de Agustín García Calvo:
Libre te quiero,
como arroyo que brinca
de peña en peña,
pero no mía.
Grande te quiero,
como monte preñado
de primavera,
pero no mía.
Buena te quiero,
como pan que no sabe
su masa buena,
pero no mía.
Alta te quiero,
como chopo que en el cielo
se despereza,
pero no mía.
Blanca te quiero,
como flor de azahares
sobre la tierra,
pero no mía.
Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.
como arroyo que brinca
de peña en peña,
pero no mía.
Grande te quiero,
como monte preñado
de primavera,
pero no mía.
Buena te quiero,
como pan que no sabe
su masa buena,
pero no mía.
Alta te quiero,
como chopo que en el cielo
se despereza,
pero no mía.
Blanca te quiero,
como flor de azahares
sobre la tierra,
pero no mía.
Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.
Agustín García Calvo nació en Zamora en 1926. Estudió Filología Clásica en la
Universidad de Salamanca y a partir de 1951 se convirtió en profesor de
instituto. En 1953 ocupó una cátedra de lenguas clásicas en la Universidad de Sevilla y en 1964 en Madrid, en la Universidad Complutense. En 1965, privado de su cátedra en Madrid junto a José Luis
Aranguren y Enrique Tierno Galván por su solidaridad con las protestas estudiantiles, se fue a Francia, donde sí
pudo seguir enseñando, tanto en la Universidad de Lille como en el
Collège de France. En París fundó y coordinó una tertulia
política y literaria en el café La boule d'or del Barrio Latino, al igual que la que condujo y desmandó Contra la realidad todos los miércoles en el Ateneo de Madrid hasta poco antes de su fallecimiento.
El texto que acompaña a esta portada de la revista Triunfo, publicada en diciembre de 1976 con motivo del regreso a su cátedra en España, pertenece a quien fuera su discípulo, Fernando Savater: "Fue fundamental en mi devenir intelectual y moral encontrarle -diría mucho después Savater-, no menos que luego despegarme de él". Ese texto se puede encontrar en Retazos: Agustín García Calvo, junto a una interesante entrevista sobre Esa falsificación a la que llamamos realidad y otros escritos y poemas últimos. Libre te quiero está entre las mejores páginas de las primaveras realistas que piden lo imposible.
+@Hasta siempre, Agustín, gran amigo del tren
+@¿Quién manda que se diga Lleida y se escriba tod@s?
El texto que acompaña a esta portada de la revista Triunfo, publicada en diciembre de 1976 con motivo del regreso a su cátedra en España, pertenece a quien fuera su discípulo, Fernando Savater: "Fue fundamental en mi devenir intelectual y moral encontrarle -diría mucho después Savater-, no menos que luego despegarme de él". Ese texto se puede encontrar en Retazos: Agustín García Calvo, junto a una interesante entrevista sobre Esa falsificación a la que llamamos realidad y otros escritos y poemas últimos. Libre te quiero está entre las mejores páginas de las primaveras realistas que piden lo imposible.
+@Hasta siempre, Agustín, gran amigo del tren
+@¿Quién manda que se diga Lleida y se escriba tod@s?
DdA, IX/2.220
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