domingo, 21 de octubre de 2012

GIJÓN: MÁS ORA, MÁS ECONOMÍA DE SUBSISTENCIA


Alejandro Prieto

Durante la espera en la peluquería, leo en el periódico una noticia  referente a la intención del ayuntamiento de Gijón de ampliar la zona de estacionamiento de pago a diferentes barrios que, hasta el momento, carecen de regulación al respecto, argumentando que tal medida servirá para reanimar o impulsar la actividad de los ejes comerciales nutridos de pequeños negocios. 

Casualmente, la peluquería está localizada en una de las calles que se vería afectada por la medida prevista, motivo que me lleva a preguntar al  propietario (y trabajador) qué piensa del proyecto, si comparte el planteamiento del consistorio. Sin rodeos, dudas  y cavilaciones de ningún tipo, la respuesta es que no, al tratarse de una clientela que en su mayor parte acude andando por vivir en las proximidades, además de creer que, tal como está la economía de las familias y las perspectivas acerca de su evolución, sería excepcional que alguien pague  por aparcar al ir a cortar el pelo. Finalmente sentenció: si aquí no hay problemas de tráfico y la solvencia de la gente está cada vez peor, el único beneficio a la vista y a  corto plazo es para el recaudador de la tasa. ¿No ha sido suficiente con la reciente subida de trece puntos en el IVA?

Los ayuntamientos tienen que hacer frente a los problemas derivados de la caída paulatina de ingresos habida en los últimos años, sin embargo, tratar de recuperar caudal y vigor aplicando una sangría a base de tasas e impuestos indirectos a las clases medias, cuando la tónica general del mercado de trabajo es la destrucción de empleo y la rebaja sustancial  y prácticamente generalizada de los salarios, conduce a las familias a una economía de subsistencia que, por necesidad o temor al avance y proximidad de la tormenta de adversidad, incide de manera negativa en el consumo, la producción y el empleo. O sea, continuar profundizando en la herida abierta por la espada de la codicia. 

Nota de Lazarillo: Este Lazarillo siempre pensó que, una vez la derecha se hiciera con el Ayuntamiento de Gijón -hecho que ocurrió por primera vez en las pasadas elecciones-, la ORA ampliaría su radio de acción a barrios de vecindario modesto, hasta ahora libres del impuesto al que Alejandro alude en su post. El voto de castigo al PSOE por su nefasta gobernación en los últimos años de Zapatero en La Moncloa,  repercute ahora en los bolsillos de los gijoneses, que deberían haber reparado en no confundir el gobierno de la nación con el de su ciudad.

Dda, IX/2.2010

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