Alejandro Prieto
Durante la espera en la peluquería, leo
en el periódico una noticia referente a la intención del ayuntamiento de Gijón
de ampliar la zona de estacionamiento de pago a diferentes barrios que, hasta
el momento, carecen de regulación al respecto, argumentando que tal medida
servirá para reanimar o impulsar la actividad de los ejes comerciales nutridos
de pequeños negocios.
Casualmente, la peluquería está localizada en una de las
calles que se vería afectada por la medida prevista, motivo que me lleva a
preguntar al propietario (y trabajador) qué piensa del proyecto, si comparte
el planteamiento del consistorio. Sin rodeos, dudas y cavilaciones de ningún
tipo, la respuesta es que no, al tratarse de una clientela que en su mayor
parte acude andando por vivir en las proximidades, además de creer que, tal
como está la economía de las familias y las perspectivas acerca de su
evolución, sería excepcional que alguien pague por aparcar al ir a cortar el
pelo. Finalmente sentenció: si aquí no hay
problemas de tráfico y la solvencia de la gente está cada vez peor, el único
beneficio a la vista y a corto plazo es para el recaudador de la tasa. ¿No ha
sido suficiente con la reciente subida de trece puntos en el IVA?
Los ayuntamientos tienen que hacer
frente a los problemas derivados de la caída paulatina de ingresos habida en
los últimos años, sin embargo, tratar de recuperar caudal y vigor aplicando una
sangría a base de tasas e impuestos indirectos a las clases medias, cuando la
tónica general del mercado de trabajo es la destrucción de empleo y la rebaja
sustancial y prácticamente generalizada de los salarios, conduce a las
familias a una economía de subsistencia que, por necesidad o temor al avance y
proximidad de la tormenta de adversidad, incide de manera negativa en el
consumo, la producción y el empleo. O sea, continuar profundizando en la herida
abierta por la espada de la codicia.
Nota de Lazarillo: Este Lazarillo siempre pensó que, una vez la derecha se hiciera con el Ayuntamiento de Gijón -hecho que ocurrió por primera vez en las pasadas elecciones-, la ORA ampliaría su radio de acción a barrios de vecindario modesto, hasta ahora libres del impuesto al que Alejandro alude en su post. El voto de castigo al PSOE por su nefasta gobernación en los últimos años de Zapatero en La Moncloa, repercute ahora en los bolsillos de los gijoneses, que deberían haber reparado en no confundir el gobierno de la nación con el de su ciudad.
Nota de Lazarillo: Este Lazarillo siempre pensó que, una vez la derecha se hiciera con el Ayuntamiento de Gijón -hecho que ocurrió por primera vez en las pasadas elecciones-, la ORA ampliaría su radio de acción a barrios de vecindario modesto, hasta ahora libres del impuesto al que Alejandro alude en su post. El voto de castigo al PSOE por su nefasta gobernación en los últimos años de Zapatero en La Moncloa, repercute ahora en los bolsillos de los gijoneses, que deberían haber reparado en no confundir el gobierno de la nación con el de su ciudad.
Dda, IX/2.2010
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